Un hombre fue ayer condenado a dos años de prisión tras reconocer ser el autor de un delito de robo con fuerza e intimidación. Según el escrito de acusación del Ministerio Fiscal, el hombre trató de sustraer el teléfono y el bolso de la perjudicada, motivo por el que le propinó un manotazo y mantuvo un forcejeo con ella. Finalmente, tras agarrarle del cuello, terminó llevándose la cadena que la mujer llevaba colgada para luego salir huyendo. La magistrada titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Melilla dictó ayer sentencia condenatoria para un individuo por el delito de robo con violencia e intimidación. Lo hizo después de que el propio procesado reconociese los hechos recogidos en el escrito de acusación del Ministerio Fiscal, imponiéndole la pena de dos años de prisión.
Los hechos que le llevaron a sentarse en el banco de los acusados corresponden al 29 de septiembre de 2015. De madrugada, se acercó a una mujer que circulaba por la calle General Astilleros con ánimo de sustraerle su teléfono móvil. Ante la resistencia mostrada por la víctima, el individuo le propinó un puñetazo y continuó forcejeando con ella para llevarse su bolso.
Al ver que la mujer se lo impedía, el hombre la agarró del cuello y terminó arrancándole una cadena que llevaba colgada, dándose luego a la fuga.
El individuo admitió estos hechos tras acordar un acuerdo de conformidad con el Ministerio Fiscal, que le rebajó a cambio la pena solicitada, ya que inicialmente le reclamaba dos años y seis meses de cárcel.
Suspensión de condena
La Fiscalía, por su parte, no se opuso a la suspensión del ingreso en prisión del procesado, ya que la pena no superaba los dos años de prisión y el individuo carecía de antecedentes penales. Sin embargo, tal y como le apercibió la magistrada en el acto, no podrá delinquir durante los próximos dos años.
En el caso de que volviera a cometer un delito, tendría que cumplir la pena impuesta por el robo con fuerza, así como la que derivase del nuevo acto delictivo.
