¿Dónde estás Prodein?, ¿Por dónde andas?, ¿Dónde te metes cuando se te necesita?, llevo tiempo buscándote y no te encuentro, ni a ti, ni a los que hacéis causa común. Yo soy una victima, de entre otras muchas, de esas que vosotros despreciáis, porque entre otras cosas, la foto que pudierais hacer de los hechos que a continuación os voy a relatar, no interesan,…
…no darían la vuelta, por las correspondientes agencias, a través del mundo, donde nos encontramos, y claro no hay figurativismo, pero como decía, necesito protección, mucha protección, para poder andar libremente, con la libertad deseada y conseguida en mi País, por las calles de mi Ciudad, sin que tenga que tener ningún temor físico o mental, cuando camino por ellas y sin tener que llevar ninguna protección, que no tengo, pero que ante la desconfianza que me inspira los hechos que continuamente están acaeciendo sobre el particular, no estaría mal disponer de ella.
Hace unos pocos días, uno de los llamados “ARGELINO”, como se ha dado en llamar últimamente a algunos rufianes y malhechores, haciendo alarde de su vandalismo que con cierta asiduidad practican en nuestras calles, sin el menor temor o preocupación, al contrario altivamente, asaltaron a mi nieto, menor de verdad, y a dos amigos que se acompañaban mutuamente, sustrayéndole a mi nieto el móvil que llevaba en el bolsillo, habiéndole sujetado por sorpresa del cuello con el antebrazo, acercándole una navaja e intimidándole con la amenaza de que si decía algo se había quedado con su cara (vaya, ni en la época de Al Capone), hecho que fue denunciado seguidamente en la Comisaría de la Policía, de la que aún no se ha tenido noticias. Con lo cual los intereses de la victima agredida han quedado adversos a los del agresor, pero esto no le interesa a todas estas ONG.s, ya que por lo que ellos miran y velan son por los derechos de los agresores, pobrecitos, que hacen aquí, lo que no realizan en sus Países de origen, y claro ellos no quieren acudir a esos Países a llevarle los derechos humanos y luchar por ellos, es más cómodo desde la tumbona y las fáciles subvenciones, hombre tontos, lo que es tontos, ni un pelo.
Pero heme aquí, que a los pocos días de esos desamparados, le robaron la bicicleta, varios de esos llamados “MENORES DE LA CAÑADA”, (que también haberlos, haylos), que llevaba este nieto mío, así como al amigo que le acompañaba con el mismo “modus operandi”, las navajas de rigor y todo como si de un trámite oficial se tratara, con la consiguiente posterior denuncia, que hasta hoy día, también sigue sin respuesta, así es que tenemos de toda la gama entera de granujas y gente de malvivir para poder elegir, al tener para todos los gustos, lo peor es que son ellos los que nos eligen, y yo por mucho que busco a los protectores de estos angelitos, no veo a ninguno, creo deberían llevar una camiseta identificativa para poder recurrir a ellos con la celeridad correspondiente, pero claro esa debe ser mucha molestia y al parecer tienen que ir de incógnito, para que no le incomoden en estos casos, y mientra seguimos con lo mismo, sufriendo los asaltos con navajas, robos y pillaje de este personal, y al pasear se aconseja ir deshojando la margarita diciendo, me pasará o no me pasará, y como victima ya sabe que tiene el derecho de poner la denuncia en exclusiva, para que conste estadísticamente, y entrar numéricamente en ese mundillo de los estadillos, y como nadie se fija en esto, puede tener el consuelo de que se ha comido un pollo, aunque realmente no lo haya probado por haberse comido el suyo el otro, que se comió los dos. ¡Solución salomónica!, de nuestros días.
