Los 300 militares españoles desplegados en Irak, y sobre todo los dos tercios que han salido de esta ciudad que llevan por bandera, fueron los grandes protagonistas del acto que se celebró ayer con gran solemnidad en la Base Alfonso XIII aunque estuvieran ausentes. Pronto estarán de nuevo con nosotros tras su brillante misión, dando a Melilla un motivo más para estar orgullosa y satisfecha de sus militares La Base Militar Alfonso XIII fue ayer el epicentro de la celebración del día de la Inmaculada Concepción, patrona de las armas de Infantería, pero la vista, el corazón y la mente de todos estaban puestos a miles de kilómetros de Melilla, con el contingente del Ejército español que está desplegado desde hace varias semanas en Irak. Cerca de 200 militares de diferentes unidades militares de Melilla, pero sobre todo del Grupo de Regulares «Melilla 52», están desarrollando con éxito la misión encomendada para adiestrar a las fuerzas de seguridad iraquíes en su objetivo de oponerse eficazmente al terrorismo internacional que quiere imponer el Daesh a todos los que no compartan sus ideas radicales y fanáticas, sirviéndose de forma espuria de una religión de paz como es el Islam. El papel que desempeñan nuestros militares es un motivo de orgullo más para esta ciudad, pues su importancia es vital para mejorar la seguridad en el mundo, algo que la inmensa mayoría de quienes vivimos en él anhelamos.
Con esta misión internacional de enorme calado, que los militares melillenses desarrollarán hasta mayo del año que viene cogiendo el relevo de otras unidades del Ejército español, nuestro país demuestra su firme compromiso en la lucha contra la amenaza antiterrorista. Y lo hace de la mejor manera posible, compartiendo sus conocimientos y brillante experiencia con el Ejército de Irak para dotarlo de una preparación y capacidades que le haga capaz de combatir y vencer al Daesh. Así lo están haciendo ya nuestros militares desde su llegada hace escasas semanas a Bagdad y Besmayah, donde seguramente vivieron ayer la patrona de Infantería de manera especial, lejos de casa y de sus cuarteles, pero muy cerca al mismo tiempo porque, como decíamos al inicio de estas líneas, el corazón y la cabeza de todos estaban ayer con ellos.
Los 300 militares españoles desplegados en Irak, y sobre todo los dos tercios que han salido de esta ciudad que llevan por bandera, fueron los grandes protagonistas del acto que se celebró ayer con gran solemnidad en la Base Alfonso XIII aunque estuvieran ausentes. Entre ellos el coronel de Regulares Ángel Castilla, que hubiera dirigido la alocución en el acto castrense, un papel que asumió el general 2º jefe de la Comandancia General de Melilla, con un discurso en el que no faltaron las merecidas menciones al quinto contingente desplegado en Irak, que lleva la esencia de esta ciudad y su importantísima aportación a las Fuerzas Armadas españolas. Pronto estarán de nuevo con nosotros tras su brillante misión, dando a Melilla un motivo más para estar orgullosa y satisfecha de sus militares.
