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El rincón de Aranda

Carta Desde La Purísima LXXI

melillahoy.cibeles.net fotos 1695 Juan Aranda web

(En recuerdo de todos los que vivimos nuestra infancia cercana a La Purísima)
He querido que esta “Carta”, pueda servir como un bello recuerdo de mi infancia, junto a mis amigos de entonces, que nacimos y nos criamos en los aledaños de La Purísima.

Hace más de sesenta años, cuando observábamos algún entierro en el Cementerio, si estaba chispeando,…
… el viento hacía que la llovizna picara las blancas losas de las sepulturas, llenando el “Monte del Artillero” de una especie de muerte cenicienta. Los niños que nos deteníamos para observar y coger los grillos y lagartijas entre las matas de agua, nos parecía que éstas, meneando sus colas, reían con las gotas de la fina lluvia. También las de los “sabrosos panecitos”, que muchos comíamos, junto a la caseta de la gran llave de agua, frente a la alambrada de la Batería, donde cada día disparaban el cañonazo de estopa de las 12 del mediodía, el que otrora anunciaba la hora de fajina a los “libertos” del antiguo Penal. Esa pequeña caseta era para nosotros, los niños, como un palco proscenio de un gran teatro con dos escenarios: uno era nuestro Camposanto, sobresaliendo la diosa Niké, nuestro “Ángel”, ofreciendo la Corona de Laurel y la Palma del Martirio Cristiano a todos los Héroes Mártires que descansan en los panteones y en las silenciosas tumbas; y el otro eran las Canteras del Carmen, y nuestras calles Castellón, Duque, Sagasta y Castelar, y a nuestra izquierda las azoteas de Ataque Seco; y como telón de fondo: Melilla en su abanico, con el Gurugú en el horizonte. Éstas son las hondonadas y los valles de los recuerdos de mi niñez, que ahora entiendo fueron el sol que alumbró mi infancia cuando, junto a mi madre, leíamos los nombres y epitafios en las tumbas de civiles y de militares; aunque más de éstos que de aquéllos. Años más tarde, cuando tuve edad de discernir, me preguntaba quiénes fueron aquéllos Héroes, que por el túnel de la tragedia en los campos de batalla, circularon en silencio, con la dignidad, y el honor que la Patria se merece; donde las ramas, y las raíces de todos ellos, siguen creciendo, hacia arriba aquéllas, y hacia el fondo de mi alma éstas. Por ello estas humildes “Cartas” que escribo a su “dictado”, como un devoto amanuense, intento que los que sienten verdaderamente esas inquietudes, sepan que todos ellos están envueltos en nuestra bandera, con la tranquilidad imborrable de la Gloria. Sus ópalos hidrófanos, traslúcidos de sus llantos en los sepulcros, fueron cortados en el aire, donde siempre se oyen, en sordina, sus lamentos, con la luz de la razón. También sé que cada mañana, cuando sale una de sus epístolas publicada en este periódico, dirigida a ustedes, melillenses de patria y de raza, sus almas, como saladas lágrimas marinas, procedentes del cercano acantilado, nos saludan a todos con el fraternal abrazo de hermanos, que ofrecieron todo por nuestra ciudad y su españolidad.

Yo tengo la gran suerte de contar con un amigo, con el que siempre converso sobre lo divino y lo humano, pero cuando sale a relucir cualquier página de nuestra Historia, la plática, con su prestigiosa y excepcional memoria, y la facultad de clarividencia que posee, siempre la convierte en una “lección magistral”; desgranando fechas, nombres, y datos tan inéditos que algún historiador quisiera tener para sí mismo. Ese es mi amigo José Luís Blasco López, “alma máter”, que con su fuerza “nutricia” intelectual, provee del alimento histórico de nuestra ciudad, a todo el que lo lee, lo copia, o conversa con él. Para terminar, recuerdo a las autoridades competentes, que la Purísima sea denominado: “Cementerio Nacional de Héroes de España”.

www.cartasdesdelapurisima.posterous.com

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