Quien fuera el político más joven del PP en llegar al Senado en 1986 con 30 años se sienta con MELILLA HOY para hacer un repaso a su trayectoria, su día a día, y su escasa relación con el PP melillense. Sobre todo con su presidente, Juan José Imbroda.
– ¿Cómo se encuentra?
– Mentalmente despejado como siempre, pero físicamente con bastantes achaques. No cogería un avión ni a latigazos.
– ¿Siguen refiriéndose a usted como senador vitalicio?
– Indudablemente. El Reglamento dice que somos excelentísimos senadores de por vida, en cuanto al tratamiento y al monumento, pero no estamos en el Parlamento ya. Vitalicio es el que va y sigue yendo al Parlamento. Nosotros nos hemos retirado en un momento determinado.
– ¿Cómo se lleva con la actual cúpula del PP de Melilla?
-Digamos que bastante cortés y sin ningún tipo de contacto. No me llaman a nada, ni me convocan para nada. Parece ser que el ‘imbrodismo’ prospera y ha hecho una cúpula del partido en la que no me convocan ni me citan para nada.
– ¿Le pasó algo con Imbroda?
A mí no me ha ocurrido nada. Le habrá ocurrido a él conmigo. Imbroda y yo hicimos un pacto de agrupación cuando este presidía la Unión del Pueblo Melillense (UPM) y vino conmigo al parlamento donde se hizo un pacto de gobierno y, a partir de ahí luego vino en el año 2000 conmigo el Senado, donde estuvimos hasta 2008, año en el que me retiro por la ley de paridad y por una serie de hechos. Yo llevaba ya seis legislaturas, desde 1986.
– ¿Hubiera seguido?
– No sé qué decirte. Posiblemente sí, porque no era consciente de que la campaña del 2008 me coincidió con un aneurisma de aorta y no era consciente de que me tenían que operar a vida o muerte. Me operé y todavía sigo vivo gracias a Dios, pero ya no estoy para coger aviones porque tengo unas limitaciones físicas.
– ¿Echa de menos estar en la primera línea política?
-No. En absoluto. Puedo aportar bastante todavía y con la ventaja de que yo no cobro. No soy ningún gasto.
– ¿Y aun así usted tendría lo suficiente para vivir?
– Más que de sobra. Y encima soy el único parlamentario vivo de los que ha tenido Melilla que se ha quedado a vivir en la ciudad.
-Volviendo al PP melillense ¿ Le gustaría que le llamasen en las próximas elecciones para invitarle a algún acto?
– Depende de la candidatura.
– ¿Y si se lo pide el mismo Imbroda?
– Si va Imbroda no asistiría. Sinceramente no tiene nada que contarme ni nada que convencerme nada más que de su marcha. A nivel personal no tengo nada contra él, pero a favor tampoco tengo nada. Creo que ha engañado a muchísima gente.
– ¿Cómo?
– Ha prometido mucho y no ha cumplido. Sobre todo con las personas. Ha usado mucho a la gente, por eso ha bajado de 15 escaños a 10, porque todo poder quema.
No comprendo de un señor de 77 años como es el señor Imbroda que esté todavía por los hoteles dando vueltas y que se plantee presentarse otra vez (a las elecciones municipales) dentro de dos o tres años con 79 u 80 años. Me parece una locura. Hay que saber retirarse y saber marcharse. Con Imbroda hemos tenido cuatro o cinco legislaturas de Gobierno autonómico y lleva también seis legislaturas en el Senado, y creo que con 80 años es una edad ya adecuada para retirarse y dar paso a otras personas. Realmente apuesto por la renovación interna dentro del PP. La Tierra gira alrededor del Sol, y Melilla no tiene por qué girar alrededor de Imbroda. No es Imbroda o el caos.
– ¿Tiene muchos seguidores el ‘imbrodismo’ en la ciudad?
– No lo sé. Posiblemente si se presentase solo no sacaría 1.000 votos, porque el imbrodismo ya fue la UPM y en su época de máximo esplendor tan solo sacaron dos escaños. No hay que confundir a la persona con las ideas políticas. Esto no es una empresa, es política.
– ¿Por quién apostaría usted para suceder a Imbroda?
-Del equipo actual ahora mismo si de mí dependiera apostaría por una persona que fuera liberal técnico no funcionario, situado en la vida, sin responsabilidades con los hijos ni con los padres y que estuviera económicamente bien situado. Ahí tienes el caso que lo ha demostrado con su valía y fijación, por el cual yo siempre apostaré por él, que ha sido presidente del Club Marítimo.
– ¿Se refiere a Manuel Ángel Quevedo?
– Efectivamente. Yo apostaría personalmente por Manuel Ángel Quevedo, a no ser que salga un nuevo candidato con otras posibilidades.
– ¿Tiene comunicación con él?
– Ninguna. Es conocido mío y nos conocemos, pero no hemos conversado de estos temas. Pero como fundador del PP yo apuesto por personas como Manuel Ángel Quevedo. Es arquitecto, liberal, tiene una mujer discreta y las hijas situadas, una economía muy saneada y no necesita meter la mano en ningún cajón. Y me parece un buen candidato.
– ¿Cómo ve al partido en la oposición?
– Muy judicializado. Exponerse a estar en política en un cargo público para estar todo el día en los juzgados no lo entiendo.
– Eso es algo que también critica el actual Gobierno
– También lo hacían ellos.
– ¿Qué salud le ve al actual Gobierno?
– Ninguna. Este Gobierno tripartito está terminado
– ¿Cuánto tiempo cree que le queda?
– Hasta las próximas elecciones. Y que me digan qué proyecto de ciudad han arrancado
– Hace un mes presentaron el Plan Estratégico 2020-2029 para la ciudad
– Me gustaría verlo. A mí no me han consultado, y a lo mejor yo podría aportar algo
-¿Qué piensa usted del señor De Castro?
– Un funcionario que se va a retirar de aquí a dos años. No va a volver a repetir en la Asamblea.
– ¿Cómo recuerda su paso durante las seis legislaturas en el Senado?
– He tenido sensaciones distintas, pero nunca imaginé que iba a conocer en política a tantísimos sinvergüenzas, tanto de izquierdas como de derechas
– ¿Algún caso en concreto?
– (Luis) Bárcenas y todo lo que ha robado. Y muchos más de la derecha que han sido ladrones y sinvergüenzas.
– ¿También en Melilla?
– En Melilla ha habido de todo. No hagas cuantías ni incrementos, pero también había cosas extrañas en más de uno.
