Con motivo del Día Internacional de Concienciación sobre Autismo, la Asociación Autismo Melilla instaló ayer en la Plaza Menéndez Pelayo una mesa informativa en la que tomaron parte familiares y voluntarios. En ella, además de repartir folletos informativos sobre qué es el espectro autista, se pusieron a la venta alguno de los objetos que han sido elaboradas por los voluntarios para recaudar fondos. El presidente de la entidad, Nicolás Fernández, reivindicó en este día especial, que el primer paso hacia la inclusión de las personas con autismo para por las escuelas y por una apertura de mente por parte de la sociedad. El presidente de Autismo Melilla, Nicolás Fernández, señaló que este día internacional está dirigido a la inclusión, en todos los sentidos, de las personas con autismo. Es además una jornada que contribuye "a la visibilidad del colectivo" y permite que las reivindicaciones "lleguen a más gente". Afirmó que lo que se persigue este año en la campaña nacional de “Autismo Stop discriminación" es que "las personas con autismo lo que quieren es estar plenamente incluidos en la sociedad, pero para ello son imprescindibles apoyos humanos y especializados que deben proporcionar los poderes públicos, y que la sociedad en general tenga una mente abierta a incluir a estas personas y aceptar a cada uno con sus diferencias".
Melilla
La asociación contribuye, al margen del trabajo constante que lleva a cabo en la atención de las necesidades de las personas con autismo, en la concienciación a través del reparto de folletos y con la mesa informativa, así como con la lectura del manifiesto nacional que este año recayó en el pediatra Joaquín Lamas.
Señaló Nicolás Fernández que las carencias o necesidades que presentan las personas con autismo en Melilla pasan básicamente por aportar más medios. "En educación por ejemplo creemos que tienen que hacerse más esfuerzos para que los niños con autismo estén integrados en aulas ordinarias".
Apuntó que "la práctica totalidad" de estos niños, "salvo excepciones, deben estar en aulas ordinarias con apoyos y trabajando de manera que las personas con autismo puedan trabajar, pero hay aulas que no utilizan claves visuales, ni pictogramas que es básico y no complicado para que las personas con autismo puedan funcionar". A esto se suma el que "a las ratios elevada no hay excesivo personal de apoyo que no está además especializado en autismo".
El ocio también es un asunto que les preocupa. Señala que les gustaría no tener que ser ellos los que diseñen actividades de ocio para sus hijos, sino que las que elabora la Ciudad "tuvieran apoyo humano especializado en autismo para poder incluir a estas personas". En la sanidad "es complicado atender a personas que no pueden comunicarse, pero es un reto que tiene que aceptar la sanidad y buscar la manera para que las personas con autismo, con apoyos, con conocimiento de los profesionales, tengan una asistencia igual que el resto de las personas, porque sólo pedimos tengan acceso a las mismas oportunidades".
Señaló que el manifiesto reivindica a nivel nacional facilidades para el acceso al mercado laboral de las personas del espectro autista, pero por el momento, por la edad de los niños de la asociación, no les resulta un asunto prioritario. Por el contrario, lo que sí preocupa a los padres es que cuando sus hijos terminan la etapa de la educación obligatoria "no hay ninguna oferta en la ciudad que se adecué al perfil y necesidades de estas personas, con expertos en autismo, en comunicación de las personas con autismo, en conocer cómo funcionan la mente, cómo estructurales los espacios y tiempos para que estas personas también puedan beneficiarse de los centros de día y ocupacionales". Pero sin duda, el futuro de sus hijos es una cuestión recurrente porque "los padres pensamos qué va a ser de ellos cuando no estemos, y es que en el tema residencia, lo que ofrece la ciudad no cubre las necesidades de las personas con autismo, ni en número de profesionales ni en la formación".
Aunque la Asociación no cuenta con un estudio propio, señala que extrapolando las estadísticas nacionales, se estima que en Melilla viven entre 100 y 200 personas con autismo, y la media es de un caso cada 150 nacimientos "que es una cifra elevada". Añadió Fernández que por el momento la asociación ha recibido subvenciones por parte de la Ciudad , con la que mantienen un convenido desde hace dos años. "Siempre queremos mejorarlo, porque tenemos dos profesionales con horario parcial y si fuera completo se podrían desarrollar más actividades", dijo. Asimismo cuentan con una sede en las instalaciones del Parque Forestal que "se nos ha quedado pequeña" tras el crecimiento experimentado por la asociación en los últimos dos años.
