La Semana. MH, 13/11/2023
Por: J.B.
Se consumará el golpe a la democracia
“Alea iacta est”: Se emplea esta paremia a modo de consuelo cuando resulta imposible modificar una situación, en especial su desenlace. Se atribuye esta frase a Julio César, que la dijo en el momento de pasar el Rubicón.
Ya nada parece que frenará el asalto al poder de Sánchez y Díaz. Los grandes triunfadores del desatino que se nos avecina (un gobierno Frankenstein en el que cada uno tirará para un lado y que producirá un desmembramiento, como consecuencia del tirón de cada uno de los múltiples socios en direcciones distintas, de España y también, si el poder judicial no lo remedia, del Estado de derecho) parecen ser Junts y Puigdemont.
Ya nada parece que frenará el asalto al poder de Sánchez y Díaz
Aunque los nacionalistas catalanes consigan la amnistía (algo seguro, porque en caso contrario Pinocho y aplausitos Díaz no conseguirían su objetivo único que es mantenerse en el sillón chupando del bote), no están muy seguros, hayan firmado lo que hayan firmado, de que Pinocho Sánchez vaya a cumplir su palabra (o que vaya a cambiar de opinión si le interesa a él, perdón, a España). La ya legendaria fama de mentiroso de Sánchez le precede. Puigdemont y compañía podrán querer romper España, pero al menos ellos no mienten: es lo que siempre han dicho que quieren hacer y lo que mantienen que seguirán intentando.
Si Sánchez cree que puede sacar réditos electorales en unas futuras elecciones (se prevé que la legislatura no se agotará) no cumpliendo muchos de los acuerdos con los nacionalistas, no le temblará el pulso y cambiará de opinión y lo que ahora es blanco entonces será negro. Eso sí, él dirá que lo hace por el bien de España…
Podremos saber si de verdad los jueces son independientes o no (aunque me temo, y la gran mayoría de los españoles creo que están en la misma línea, lo peor)
También habrá batalla en los tribunales (y en el Senado y las Comunidades Autónomas) con los recursos varios que se van a producir. En función del resultado, podremos saber si de verdad los jueces son independientes o no (aunque me temo, y la gran mayoría de los españoles creo que están en la misma línea, lo peor). Veremos que pasa… Alea iacta est.
Semana laboral de cuatro días
Se está hablando mucho últimamente sobre la conveniencia de establecer una semana laboral de cuatro días. Para nuestra comunista ministra “aplausitos” Díaz, la jornada podría ser de, por ejemplo, dos días, pero, eso sí, cobrando lo mismo que en la actualidad. Según el último estudio Infoempleo de Adecco, la mayoría de empresas, sobre todo las pymes, no ven viable su implantación.
Según el informe, un 73,51% de las empresas y un 61,46% de los autónomos consideran inviable la implementación de la semana laboral de cuatro días sin reducciones salariales. Habría menos beneficio (o más pérdidas) y hay también serias dudas sobre la productividad.
Para nuestra comunista ministra “aplausitos” Díaz, la jornada podría ser de, por ejemplo, dos días, pero, eso sí, cobrando lo mismo que en la actualidad
La implementación de una semana de cuatro días supone un desafío logístico para las empresas. Un 18,64% de las empresas encuestadas mencionaron la imposibilidad de cubrir la quinta jornada con trabajadores a tiempo parcial como una razón para no considerar este modelo laboral.
Contrariamente a las empresas, los empleados y desempleados en un 66,59% y un 50,69%, respectivamente, sí ven posible la implementación de la jornada de cuatro días con mantenimiento de salarios. ¡Que sorpresa!
Es muy importante trabajar para vivir, pero el objetivo de una sociedad moderna debería ser no vivir sólo para trabajar. Es, sin embargo, muy importante para las empresas (y lo debería ser para los trabajadores porque sin productividad las empresas cerrarán y no habrá puestos de trabajo a los que optar) que las horas de trabajo sean productivas y que el trabajo que se deba hacer, se haga y se haga bien.
Soy de la opinión de que las empresas y autónomos deben pagar a sus empleados por el trabajo que se acuerde deban hacer, no por el tiempo que estén (muchas veces ocioso o mal empleado). En base a ello, estando a favor de la conciliación familiar, si un trabajador lo puede hacer en cuatro días, sería lógico que cobrase lo mismo que otro que necesitara cinco para hacer lo mismo.
Hay, en mi opinión, varias claves a la hora de analizar una posible jornada de 4 días: 1) El control de las bajas fraudulentas (cada vez más extendidas en España) debería contar con la participación del médico del trabajador y el de la empresa; 2) Solo debería ser posible si el empresario no tuviera que soportar unos costes adicionales para cubrir el día de menos trabajado y el trabajo que venía haciendo el empleado no mermara en cantidad y calidad; 3) No se podría, por su propia naturaleza, implementar en algunos sectores y empleos que necesiten de personal diario.
