Hace escasas fechas nos comunicaban que Jesús Paniagua, nuestro actual neurofisiólogo, dejaba de prestar sus servicios en el Hospital Comarcal de Melilla, lo que nos ha producido un profundo sentimiento de tristeza.
Queremos aprovechar este espacio para agradecer al Dr. Paniagua, su gran profesionalidad y exquisito trato humano.
Profesionalidad, porque realizar un EMG no es sólo realizar una técnica, sino que es un arte, ya que influye la pericia, el talento, la experiencia y el tiempo dedicado; por todo ello el resultado final varía mucho entre neurofisiólogos expertos e inexpertos, así como entre neurofisiólogos concienzudos, sistemáticos, virtuosos y que dedican todo el tiempo que precisa el paciente, y neurofisiólogos que completan el diagnóstico con las primeras impresiones. La llegada del Dr. Paniagua supuso un gran salto de calidad en la electromiografía melillense, no sólo por la no existencia de demoras o la realización de estudios hospitalarios, sino por la brillantez de sus estudios y la calidad de sus informes, que nos han permitido alcanzar la excelencia en los diagnósticos y, que duda cabe, ello ha producido los correspondientes beneficios terapéuticos en los pacientes, redundando además en la eficiencia, al poder seleccionar los mejores tratamientos para los usuarios.
Pero no sólo le queremos agradecer su colaboración, imprescindible en realizar numerosos diagnósticos de gran complejidad, sino también su compañerismo, su señorío, su accesibilidad y su disponibilidad total, en cualquier momento; siempre estuvo al teléfono para atender cualquier solicitud, por compleja y prolongada que fuera y siempre se implicó al máximo, no como un simple neurofisiólogo, sino como un médico que asume la corresponsabilidad del paciente.
Por todo ello sólo podemos decirle gracias, Muchas Gracias, y confiar que esta despedida no sea un hasta siempre, sino un hasta pronto, de lo cual, no sólo los abajo firmantes, sino todos los profesionales y usuarios, nos alegraríamos inmensamente.
Dr. Rafael Soler González, Dr. Jesús Manuel Romero Imbroda, y Dra. Clementina Del Canto Pérez de la Sección de Neurología. Hospital Comarcal de Melilla
