Hace muchos años, mis padres tomaron la bendita y acertada decisión de inscribirme como alumna en el Colegio Nuestra Señora del Buen Consejo. Ese día, tan lejano en el tiempo, y sin ser consciente de ello por mi corta edad., marcaría mi vida para siempre. Entré a formar parte de una gran familia que comenzó en Antequera en el siglo XIX.
En aquellas aulas del hoy Centro de la UNED no solo recibí formación académica, también me inculcaron unos valores que intento mantener vivos. Conocí a grandes docentes y se forjaron lazos de amistad con algunas compañeras que, a día de hoy, conservo como un preciado tesoro. Me siento infinitamente orgullosa de ser ANTIGUA ALUMNA del Buen Consejo. Varias décadas han transcurrido desde que vestí por última vez el uniforme, desde que dejé de asistir a sus aulas, pero sus puertas nunca se han cerrado. Todos los que hemos estudiado en él tenemos una vinculación especial: “es el espíritu de Madre Carmen” que vive en nosotros.
Este 2020, no iba a ser un año más en el calendario. Para todos nosotros era muy especial al celebrar una fecha emblemática en nuestra historia y también para la ciudad de Melilla. En 1920 después de muchos avatares las religiosas del Buen Consejo , que estaban en esta ciudad desde 1905, pasaban a formar parte de la Congregación de las Terciarias Franciscanas de los Sagrados Corazones fundada por Madre Carmen del Niño Jesús.
Mucha ilusión, mucha emoción por tener la oportunidad de vivir tan importante efemérides pero…¡no ha podido ser como estaba previsto! Este maldito virus que nos ha cambiado la vida y tantas nos está robando, ha obligado a posponer casi todas las actividades previstas. Este lunes, 9 de noviembre, he tenido el privilegio de asistir a la bendición por parte de nuestro Vicario D. Eduardo Resa de la escultura de Madre Carmen en la entrada del colegio. Magnífica obra realizada por el artista melillense Jesús García-Ligero.
Al contemplar su rostro sereno, esbozando una leve sonrisa he tenido la sensación de oírle decir: “Este colegio es un sueño hecho realidad”. Y así es porque nuestra fundadora deseaba que su obra se expandiera fuera de las fronteras andaluzas y que cruzase el Mediterráneo. A Ella, a la Beata Madre Carmen del Niño Jesús que ya goza de la presencia del Padre, pido su intercesión para que acabe cuanto antes este mal que aqueja a toda la humanidad.
Esta fecha, coincidente además con el CXI aniversario de su fallecimiento, quedará para siempre grabada en mi corazón, el de una antigua alumna que se siente agradecida por todo lo recibido y orgullosa de pertenecer a esta gran familia.
¡Paz y Bien a todos , Feliz Centenario!
Y como decía Madre Carmen del Niño Jesús:
“¡Bendito sea Dios que tanto nos quiere!”
