La celebración del día de Todos los Santos estuvo marcada ayer en Melilla por segundo año consecutivo por la pandemia del covid-19, no tanto por las restricciones, que en este 2021 han sido muy inferiores a las de 2020, cuando aún no se había producido el proceso de vacunación ni el 80 por ciento de la población diana de Melilla estaba inoculada, sino por el hecho de que ya son 112 las víctimas mortales que se ha cobrado esta crisis sanitaria, personas de todas las religiones y culturas.
Cuando no había posibilidad de guardar el metro y medio de seguridad, el uso de la mascarilla ha sido el acompañante de muchos de los centenares de melillenses que cumplieron con la tradición de visitar a los seres queridos que duermen el sueño eterno y depositar flores en sus sepulturas, como señal de respeto.
Por segundo año, en esta ocasión tampoco pudo desplazarse a la ciudad el grupo de familiares y amigos del “Soldado de los milagros”, para ser testigos del cariño con el que el pueblo melillense, sin importar creencias, venera la memoria del joven zaragozano que para todos será siempre “el soldadito” de Melilla. La situación del covid aún se lo impide.
Lo que sí acompañó fue el tiempo, un día soleado, que animó aún más a cumplir con las tradiciones.
No faltó en esta ocasión la polémica por el estado del ascensor que, según ha denunciado el PP, estaba estropeado en una fecha tan señalada como el 1 de noviembre, el Día de todos los santos, así como otras deficiencias. Desde Medio Ambiente no se han pronunciado, lo que puede dar una idea de que el contratiempo ha existido.
Hoy se celebran los Fieles Difuntos, con homenajes a melillenses ilustres y a los militares caídos, en un año especial como es el del centenario de Annual. Unos reconocimientos más que merecidos y que dan una idea de la importancia que damos en nuestra cultura a quienes nos precedieron. A ellos les debemos todo.
