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Desde mi otero

9 de mayo: Entre el desconcierto y la discrecionalidad

Hoy España, y por ello Melilla, se mueve con los nuevos ritmos que el final del estado de alarma ha traído, nuevos horarios que permiten sin duda una mayor libertad de movimientos y de hábitos de los ciudadanos; y desde este mismo instante debemos de autoexigirnos, prudencia y responsabilidad en el ejercicio de esa mayor libertad, porque la epidemia sigue activa y el virus sigue esperándonos en la calle. Cuando tengamos la tentación de relajarnos en las medidas higiénicas, recordemos el mazazo de realidad que son los 94 fallecidos en Melilla, como forma de despertarnos del sueño iluso de que todo ha acabado.
No voy a entrar de nuevo en qué ha sido la causa del actual maremágnum irracional, se ha tratado abundantemente y la conclusión es tajante -hasta con aval del Gabinete Técnico del Tribunal Supremo-, el Gobierno de España ha hecho dejación de sus funciones y responsabilidades, y en una nueva edición del baile de la escoba -antes lo hizo con los gobiernos de las autonomías-, ahora lo hace con tribunales.
Es prioritario centrar la atención, en la atomización de base autonómica que tal situación ha generado, y como los andaluces, vascos o madrileños, estamos -bajo la tutela judicial superior-solos con nuestros gestores, y por lo tanto sólo resta desear, que todos seamos responsables en el ejercicio de nuestro papel en la sociedad; soy consciente de que el desconcierto del consejero Mohamed no augure nada bueno, pero deseemos que su frase fuera un lapsus de sinceridad pasajero o un mal momento, y esté ya centrado en sus responsabilidades porque nos va mucho en ello, lo necesitamos.
Como era de esperar, la vacunación se está mostrando como un eficaz muro de contención de la epidemia, y cuando alcance los niveles adecuados -tras el verano-, será la base de partida para recuperar la plena normalidad en España y Europa, la mundial será más tardía. Y apúntense ya como muy probable, que la próxima campaña de vacunación gripal, llevará una dosis de recuerdo del COVID-19.
Melilla no acaba de mostrar de forma rotunda, la mejoría de datos existente en la mayor parte de España, la lluvia de casos no cesa, ora como llovizna, ora como chubasco, el goteo pertinaz deja un rocío indeseable en nuestra ciudad, porque no somos capaces de hallar la gotera; el dato trágico de las noventa y cuatro personas fallecidas, debería bastarse por sí solo para concienciarnos de la realidad. Se acerca el fin del Ramadán, y hay que hacer un llamamiento expreso a los musulmanes melillenses, para que la mayoritaria y ejemplar responsabilidad mostrada hasta ahora, se mantenga en el Eid al Fitr (fiesta del final del Ramadán), ello es vital para todos los melillenses.
Hace unos meses y desde este otero, manifesté mi convicción de que la verdadera causa, de la indeseable situación del tema del hospital modular era de base económica, y los hechos parecen darme la razón; de la polémica sobre qué administración -la estatal o la autonómica- debía de asumir su coste, finalmente estamos en la de si se va a construir o no. No tengo datos fiables para ello, pero tengo toda la impresión de que finalmente, nos quedaremos sin la infraestructura sanitaria tan demandada por necesaria o imprescindible, especialmente por nuestros sanitarios. Sólo queda rezar para que no tengamos un pico epidémico del tipo del ocurrido en octubre o febrero pasados, pasaría por encima de nuestras capacidades asistenciales.
Una última reflexión sobre el tema del hospital modular, a su necesidad coyuntural (accidental y pasajera) por la epidemia, se unía una de tipo estructural (continuada y permanente), la de apoyar al hospital comarcal en su funcionamiento regular sobre todo a Urgencias -al menos hasta la puesta en marcha del nuevo hospital-; además, no se puede dejar de pensar en los muchos ejemplos habidos en España sobre ello, por ejemplo Madrid que ha reforzado su aparato asistencial con el Zendal, o Sevilla con el Hospital Militar que estaba cerrado.
Y lo mejor, estas infraestructuras sobrevivirán a la epidemia, en sus carteras de servicios futuras hay apuntes que tienen plena aplicación en Melilla (circuíto asistencial urgente diferenciado para enfermedades que lo requieran, campañas de salud pública -vacunaciones masivas, detección precoz del cáncer-, módulo de hospitalización de aislamiento respiratorio, etc..).

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