“Hace ahora 96 años que nuestras tropas de Monte Arruit capitularon ante el rebelde Abdelkrím, desarrollándose uno de los sucesos mas ignominiosos y despreciables jamás sufrido por un ejército en rendición en la Historia de España”. Esto me lo ha enviado un buen amigo, al que yo he bautizado como mi “Mecenas Bibliotecario”. Tras 15 días de asedio, apenas quedaban 15 cartuchos de fusil por hombre, se resiste a duras penas el continuo cañoneo a la posición, que los martiriza, cientos de heridos sin curas posibles, la gangrena hace estragos, un sorbo de agua cuesta muchas vidas -no existen pozos dentro del recinto sitiado-. El General Navarro capitula. En aquéllos días el Alto Comisario, Dámaso Berenguer, le comunicó a Navarro: “Le autorizo tratar con el ejército que le rodea, pues mi principal deseo, una vez extremada la defensa al punto que lo han hecho, es salvar vidas de estos Héroes, en los que tiene puesta la vista España, que los admira”.
Los jefes kabileños apartaron al General Navarro y a sus oficiales, y salvajes hordas de harkeños irrumpen en la posición, vilmente cosen a tiros y a gumiazos a soldados desarmados y a los heridos indefensos. No hay honor ni respeto a lo pactado, es un baño de sangre, un exterminio en toda regla.
Meses después, se recupera Monte Arruit, y la escena es dantesca, en la que miles de cadáveres de soldados españoles se pudren al sol; algunos abiertos en canal, otros maniatados con sus visceras o sus genitales taponando sus bocas. 3000 soldados fueron enterrados en una fosa común, con forma de cruz que los recordará para siempre”.
Y rememorando algunos rasgos de aquélla luctuosa página de nuestra Historia, deben saber, que el 28.07.1921, el Capitán de Cazadores de Alcántara nº 14 de Caballería, murió, cuando iba al frente del primer convoy, que constituido por fuerzas, exclusivamente de este Rgto.
salió de Zeluán para abastecer el Aeródromo, presentándose voluntario al Capitán Jefe de dicha Alcazaba, Ricardo Carrasco. Este Capitán se distinguió, extraordinariamente, en las cargas dadas al frente de su Escuadrón, al paso del Río Gan. Y el 3.08.1921, el Capitán del mismo Regimiento, Mauro Fernández Tejedo, desapareció en la evacuación de Zeluán. Este oficial merece especial mención por las circunstancias de encontrarse en Málaga el día 20, con su permiso reglamentario; y tan pronto tuvo conocimiento por la prensa de la caída de Igueriben, se incorporó a Melilla el 22, y el 23 ya prestaba sus servicios en Zeluán, donde jamás pudo encontrarse su cadáver.
El Capitán Arturo Ballenilla Espinal, igual que su compañero, desapareció el mismo día. Éste mandaba el 1º Escuadrón. El Tte. Ramón del Campo Cantalapiedra, del 5º Escuadrón, constituido por voluntarios, hay que decir que el día 22, a las 9 de la noche salió de Drius, con el Alférez Maroto, conduciendo ganado enfermo e inutilizado de todos los escuadrones para Segangan, residencia de éstos, quedándose en Zeluán por propia iniciativa.
El 5.08.1921. Fernando Primo de Rivera y Orbaneja, Tte. Coronel de ese glorioso Regimiento, muere de gangrena en el brazo izquierdo, por la herida causada, por una granada; muriendo en los brazos de la cantinera de la posición de Batel, -que no de Monte Arruit-, Juana Martínez López, que tras la retirada de esa posición unos días antes, se encontraba en el Campamento de Monte Arruit. Hay que señalar que cuando lo operaron, fue sin anestesia, ya que no había en la posición.
El 9.09.1921, el Teniente de Cazadores de Alcántara nº 14, José Manterola y Ramírez de Cartagena, desaparecido en la evacuación de Monte Arruit, pertenecía al Escuadrón de Ametralladoras. Encontrándose en Melilla enfermo, el 19 de julio, apresuradamente se incorporó a su unidad tan pronto tuvo conocimiento de los primeros combates en los convoyes de Igueriben. Ese mismo día también desaparecieron los
Tenientes: Gerardo García Castaño, del 3º Escuadrón del mismo Rgto.; el Tte. Ramón Font de Mora, del 4º Escuadrón; el Tte. Victoriano Pua Elvira del 5º Escuadrón. El Tte. Francisco Climent Pérez, también desaparecido el mismo día, y lugar. Este oficial, durante su estancia en Batel, con grave y constante riesgo de su vida, se dedicaba a la caza de los “pacos”, que en las alturas inmediatas, hacían certero fuego sobre el que se atreviera a descubrirse ligeramente. Como tirador excelente hacía alarde de su destreza de esta forma.
El 10.08.1921. Monte Arruit se rinde después de una heroica defensa de
15 días. Algunos testigos presenciales comentaron que, cuando los españoles iban saliendo por la puerta de la posición, los moros los acribillaban a balazos, formándose la confusión por el terror de verse indefensos ante tamaña traición y cobardía. Mientras, llega a Melilla el General Picasso con el encargo de formar expedientes de responsabilidades.
El General Navarro, D. Felipe Navarro, Barón de Casa Davalillos, que era 2º jefe de la Comandancia General y Alcalde de Melilla, no lo pusieron en libertad junto a sus compañeros de cautiverio hasta el 27.01.1923.
Y ahora como reivindicativa mosca cojonera, que alguien explique, por qué no denominan de una vez por todas a La Purísima: “Cementerio Nacional de Héroes de España”, que yo añadiría también, “Mártires”, porque muchos de ellos fueron martirizados antes de morir por la Patria. Según algunos datos de un trabajo de campo llevado a cabo por un amigo, son cerca de 50 Caballeros Laureados los que descansan en esas gloriosas tumbas y panteones.
La verdad, señores autoridades, civiles y militares: ustedes, como siempre, tienen la última palabra; aunque tarden tanto como con la “Piedra de Monte Arruit” en trasladarla, desde la Plaza de España a la escalinata al pie del Panteón de Héroes. Así que ¡ánimo!, señores, que son nuestros Héroes y Mártires, y se merecen esa denominación y todos los honores que podamos darles.
