El joven base alicantino Guillem Arcos sufría unas molestias y no viajó, pero eso no fue impedimento para que el decano se hiciera con la victoria en un encuentro liderado por el pívot Simeon Lepichev y el base Óscar Alvarado
El Club Melilla Baloncesto sumó ayer su tercera victoria de la temporada, tras imponerse al Rioverde Clavijo por un ajustado tanteo de 62-64. El partido empezaba con dominio en el marcador por parte del conjunto melillense, que establecía la máxima ventaja de todo el encuentro (que se repetiría en otra ocasión), con un marcador favorable de 5-10. Este primer acto continuó resultando un toma y daca por parte de ambos equipos, aunque Lepichev y su zurda fue de lo más destacado, anotando 8 puntos en un periodo que concluyó con 19-23.
El Rioverde Clavijo arrancaba el segundo asalto contestando al Melilla Baloncesto y conseguía ponerse por delante en el luminoso, aunque la alegría no le duró mucho ya que los azulones volvían a recuperar la iniciativa en el electrónico para irse al descanso uno arriba (30-31), en un cuarto en el que las defensas se impusieron claramente a los ataques, como quedó reflejado con el parcial de 11-8.
Riojanos y melillenses regresaban a la cancha bastante enchufados, pero sobre todo un Simeon que disparó su valoración, al alcanzar la cifra de 24 créditos merced a los 19 puntos anotados y a los 7 rebotes capturados a la conclusión del tercer asalto. El choque era muy parejo y la defensa en zona planteada por Rafa Monclova surgía efecto, ante un Clavijo que no era capaz de superarla. Aun así, el Melilla Baloncesto no había logrado escaparse y la resolución del partido quedaba pendiente de los definitivos diez minutos.
Un último cuarto en el que Óscar Alvarado decidió sacar toda su magia a pasear y dar un recital, anotando triples ganadores y tomando toda la responsabilidad del encuentro. Los visitantes se alejaban otra vez en el marcador, disponiendo de esa diferencia de cinco puntos como en los compases iniciales del duelo. No obstante, los logroñeses no se rindieron y apretaron hasta el final. Y, además, a falta de pocos segundos para la conclusión, el equipo entrenado por Rafa Monclova pareció verse ansioso y cometió pérdidas de balón absurdas que casi le cuestan la prórroga. Por fortuna, el partido llegaría a su término con un resultado favorable al Melilla Baloncesto de 62-64.
