La militancia de Coalición por Melilla (CPM) y sus más destacados dirigentes, salvo Mustafa Aberchán, iniciaba las protestas y campañas de información contra lo que calificaban de “moción racista”, la que le había presentado la oposición, fundamentada por un “pacto anti moro”. En concreto, los militantes formaban una caravana de un centenar escaso de vehículos que recorrió los barrios de la ciudad, distribuyendo octavillas contra la moción de censura y participaba en una estruendosa y sonora pitada ante las puertas de la Delegación del Gobierno.
Decenas de motoristas llegados desde distintos puntos del mundo participaban en la Tercera Concentración Internacional de Moteros que se organizaba en Melilla.
La Policía denunciaba, en un sólo día, a 71 personas por infracciones al código de circulación.