Cae en mis manos la revista Zoom (melillense), la cual, tal como dice su nombre tiene por objetivo ver en diferentes distancias, las iniciativas sociales que en Melilla concurren. Estarán viendo ustedes la fotografía cedida por Manoli R. (otra Melillense emprendedora) hecha para la revista Zoom, y pensaran que son los Ángeles de Charlie ¡no!, pero como si lo fueran! Es en esta edición, donde me llevo una gran alegría, porque en la entrevista que hacen a Ana Soria, directora y propietaria de la oficina de Barceló Viajes en Melilla, sale con sus tres empleadas, una de ellas, mi hija Rocío (2° izq). Y como es lógico, se me cae la baba, que le voy hacer, uno es así de sensible. Pues bien, las cuatro jóvenes, guapas y dinámicas llenan la fotografía, juntas y bien relacionadas, como debe de ser de cara a un servicio público, con una sonrisa y mejor hacer, formando un gran equipo junto a Ana. Ahora bien, mi niña (Rocío) es en estas líneas mi principal objetivo, pues ya saben ustedes que cuando estuve a punto de irme al otro "barrio", mi fijación era llegar a tiempo para cumplir como padrino en su boda y claro está, esto es como tener un ideal para superar la enfermedad, algo que puede pasarle a usted ante el estado social de la Nación. Pero a su vez, quiero que estas líneas signifiquen un canto a la mujer, teniendo yo grandes y repetidas muestras para ello, y supongo que usted, mujer u hombre que lee estas líneas, también las tendrá, sintiendo lo mismo que yo.
Es el momento de "empadrar" estas líneas y para ello les presento a la nueva asesora de Barceló Viajes, la que después de decidir dejar su antiguo trabajo y ampliar sus expectativas profesionales por el amor a su carrera de Turismo, la atención al público de siempre y a los nuevos clientes, junto al aliciente del tacto de su antigua y actual amiga y directora, como buena trabajadora, la ha hecho poder desarrollar en esta nueva singladura, su larga experiencia.
Me decía hace cuatro días un antiguo amigo mío y cliente de mi hija, lo agradecido que estaba por el viaje que le había preparado, por lo que la seguiría en sus nuevos pasos. Éstas cosas, quieras que no, te hinchan como un pavo… Sé que esto es normal en muchas familias, lo sé, pero a mí me hacen "babear" como viejo padre que soy.
Un cordial saludo.
