Pasadas las nueve de la mañana Melilla se desperezaba con las voces del rezo en la explanada junto a la Legión protagonizado por unos diez mil melillenses de religión islámica que se unieron en un acto de acción de gracias con motivo del inicio de la pascua grande, la del Sacrificio, el Aid el Kebir. En el rezo, el imán de la Mezquita del Tesorillo manifestó que en esta jornada hay tres enseñanzas que aprender: la sumisión a los designios divinos; ser tolerantes, benévolos y compasitos; y trasladar estos valores a las nuevas generaciones. Las familias cumplieron con uno de los principales preceptos del Corán y conmemoraron una celebración que habla de la fe de Abrahán, que no dudó en inmolar a su hijo para demostrar su amor a Dios. El Aid el Kebir, la pascua del sacrificio rememora que el profeta Abrahán estuvo dispuesto a inmolar a su propio hijo por amor a Dios aunque el Todopoderoso, convencido de su fe real, le animó a sacrificar en su lugar a un cordero. Esta fecha tan especial y significativa del calendario islámico se desarrolló en Melilla un día antes del previsto oficialmente como festivo.
También en las jornadas previas se dejó notar la cercanía de esta celebración. En especial los establecimientos de alimentación y los de moda, con colas en la calle con compradores locales y marroquíes, adquiriendo las prendas que estrenar en esta celebración. La tradición establece que los hombres vistan chilabas blancas y ellas, candoras de bellos colores en la celebración del Aid el Kebir.
Fiesta
El tiempo acompañó al desarrollo de la Pascua del Sacrificio, lo que permitió que pasadas las nueve de la mañana unos diez mil melillenses de religión musulmana, hombres y mujeres, se congregaran en la explanada situada al Tercio Gran Capitán para participar en el rezo comunitario de acción de gracias organizado por la Comisión Islámica. A pesar de la aglomeración de asistentes, no se produjeron más molestias que las del tráfico, motivada por la afluencia de vehículos y la falta de espacios donde aparcar.
El encargado de conducir tanto la oración como el discurso fue el predicador de la mezquita del barrio del Tesorillo, Mohamed Dachaou, que afirmó que éste era "un gran día para los musulmanes", una jornada que compartir tanto con los hermanos musulmanes como con el resto de la sociedad. Su discurso a los asistentes encerraba tres lecciones en la conmemoración de esta jornada: "que ser un verdadero musulmán es someterse a las órdenes divinas; la segunda, tener como ejemplo en el trato que dieron a los hombres Abraham y Mahoma, que fueron tolerantes, benévolos y compasitos; y trasladar estos valores a las nuevas generaciones".
Por su parte Dris Mohamed, presidente de la Comisión Islámica, recalcó que entre nueve y diez mil personas acudieron ayer al rezo frente a la Legión y que el acto se desarrolló sin incidentes. Mohamed mostró su deseo porque las enseñanzas del discurso del imán lleguen a calar en la sociedad y en las futuras generaciones. Reiteró que en la pascua del sacrificio es una festividad "en la que se comparten valores y tradiciones muy importantes, valores como la tolerancia, el respeto, la generosidad, que son universales".
Dijo que además es la jornada de la compasión, el perdón y la reconciliación con el hermano o el amigo, olvidando los desencuentros y "aprovechar este día para retomar el contacto con ellos". Afirmó, que tal como quedó de manifiesto en el rezo de ayer, la Comunidad Musulmana "apela por la paz, la tolerancia y el respeto, y no por las cosas que se escuchan (en relación al integrismo) que no tienen nada que ver con los musulmanes".
Agradeció a la Consejería de Medio Ambiente su ayuda para acondicionar la explanada y a la Policía Local por "su flexibilidad al dirigir la circulación, dado que la zona no dispone de aparcamientos".
En la ceremonia se sacrificó también un cordero que después fue donado a una familia melillense que carece de recursos, con lo que se cumplía una doble labor, la de cumplir con el sacrificio y con otro precepto coránico como la caridad.
Familias
Seguidamente, tras el rezo, llegó el momento del sacrificio en el que rememorar al profeta Abrahán. Con ayuda de toda la familia y la expectación de los niños que viven con entusiasmo la tradición, los cabeza de familia procedieron a sacrificar el cordero, con un corte certero en la yugular para evitar el sufrimiento al animal y su desangrado completo y controlado. Según estimaciones de la Ciudad Autónoma, ayer se sacrificaron en Melilla 4.700 corderos, y cien chivos pero tan sólo 67 lo hizo en el Matadero Municipal.
Una vez realizada la operación de limpieza del animal, se inicia el trabajo de las amas de casa, que se afanan en preparar los sabrosos y condimentados platos típicos bereberes. Cumpliendo también con la tradición, los musulmanes entregarán parte de la carne del animal sacrificado con las personas más pobres, porque compartir también engrandece el alma. Los pinchitos de hígado y los callos constituyen los primeros platos, tras los que, con la carne ya más reposada, llegarán los exquisitos guisos de las patas de cordero especiadas y otras exquisiteces culinarias de la variada gastronomía rifeña.
A lo largo de estos días se suceden, en torno a la mesa, los encuentros entre familiares, amigos y vecinos, con los que compartir unos entrañables momentos de hermandad.
En el Aid el Kebir se rememora la reafirmación de fe que demostró Abrahán, aceptando la difícil prueba que le impuso Dios de sacrificar a su hijo primogénito, Ismael, en la ciudad de Minan, ahora tierra santa de La Meca. Sin embargo, el arcángel Gabriel, por imperativo divino, según las sagradas escrituras, detuvo en el último momento al siervo de Dios y le ofreció un cordero para que lo sacrificara en lugar de su hijo. Los creyentes musulmanes rememoran este sagrado momento y su comunión con el Todopoderoso, sacrificando un cordero en su nombre. Esta es tan bien la fecha que muchos creyentes utilizan para realizar la mágica peregrinación a la Meca, un hecho este año cubierto de luto por la muerte de más de 700 personas en una avalancha.
La fiesta se desarrolló sin incidentes y en una Melilla medio adormecida porque aunque abrieron colegios y comercios, se vivió como un día de descanso con buena parte del comercio cerrado a pesar de que la jornada festiva oficial será hoy viernes. El sector de la hostelería fue el que se vio más afectado, con la práctica totalidad de cafeterías y restaurantes cerrados, seguido de los mercados, en especial el central.
