Alrededor de 80 inmigrantes sirios se concentraron ayer en la Plaza de España, frente a la fachada del Palacio de la Asamblea, para solicitar su “salida inmediata” de la ciudad con el traslado a la península. Los inmigrantes recordaron mediante pancartas escritas en español que llegar a Europa es el objetivo por el que huyeron de Siria, ya que en Melilla están “de paso”. Durante buena parte de la mañana, los refugiados permanecieron en la plaza, sentados, en silencio y mostrando sus pancartas para dar a conocer sus reivindicaciones a viandantes y periodistas. Entre ellas, la reunificación de las familias que están separadas por la imposibilidad de algunos de sus miembros de acceder desde Marruecos. A diferencia de otras concentraciones protagonizadas por refugiados sirios en Melilla, en la de ayer participaron únicamente varones y adultos. En las anteriores, era habitual ver a familias enteras con menores de edad, que tenían incluso un papel activo enseñando pancartas o banderas sirias. Las peticiones, sin embargo, sí eran similares a las de otras protestas, pero plasmadas en pancartas que reflejaban en pocas palabras la situación que atraviesa este colectivo.
“No somos criminales”, era uno de los lemas que más se repetía en las pancartas que portaban los inmigrantes, que quisieron dejar claro con esta protesta que solo son “seres humanos que huyen de la guerra” en Siria, donde continúan sus familias “bajo las bombas”.
El colectivo reclamó además “el aumento de salidas semanales” de familias sirias hacia la península, adonde son trasladados entre 150 y 200 semanales en barco para ser atendidos en centros de acogida de otras provincias españolas. En este sentido, los inmigrantes pedían ser informados de su situación sobre la salida de Melilla y la fecha, algo de lo que suelen quejarse, ya que dependen de una burocracia que les impide coger el barco por su cuenta hasta que no se les da autorización.
“Basta de humillaciones”. “Por una vez queremos decidir con libertad y sin represión”, eran otros de los mensajes que ayer mostraban los refugiados sirios, que ayer estuvieron acompañados por representantes de algunas ONG, como José Palazón, de Prodein.
Cada día entran a Melilla, según fuentes policiales, entre 25 y 30 inmigrantes sirios, muchos de los cuales piden protección internacional en la oficina de asilo inaugurada por el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, el pasado 17 de marzo y que, según dijo anteayer el delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, está funcionando “con toda normalidad”.
