La primera entrada del año saltando la valla que se produjo el pasado viernes ha levantado los ánimos de los inmigrantes que esperan al otro lado de la frontera su oportunidad de poder llegar a Europa. Según ha podido saber MELILLA HOY, las madrugadas de ayer y el martes estuvieron marcadas por una fuerte presión migratoria en el perímetro. Sobre todo durante la noche del martes al miércoles, en la que la Guardia Civil mantuvo numerosas patrullas de refuerzo hasta las siete de la mañana por la presencia de unos 200 inmigrantes que intentaron durante horas aproximarse a la alambrada, sin conseguirlo finalmente. El dispositivo antiintrusión de la Guardia Civil se activó en las primeras horas de la noche, al detectar en la distancia a grupos numerosos de inmigrantes que caminaban en dirección a la valla.
Varias patrullas de la Comandancia de la Guardia Civil y del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) se encargaron entonces de reforzar el perímetro fronterizo en suelo melillense ante la previsión de que pudiera producirse un salto a la valla en cualquier momento. Por su parte, las fuerzas auxiliares de Marruecos hicieron lo propio en su zona de actuación para evitar que los inmigrantes se fueran aproximando.
Fuentes solventes aseguraron a este Diario que eran unos 200 subsaharianos, divididos en varios grupos numerosos disgregados para lograr sobrepasar el fuerte despliegue policial que había a ambos lados. Finalmente, después de horas atendiendo varios frentes, la Guardia Civil desactivó la alerta a las siete de la mañana.
La madrugada anterior, en la noche del lunes al martes, también se dio otra aproximación, aunque de menos inmigrantes.
