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Denuncia Pública

Toqué el cráneo de mi madre a través de una bolsa de plástico anudada

Tras vivir recientemente una experiencia personal inesperada, que no le deseo a nadie, he intentado que la administración local me informe del procedimiento de enterramiento en nuestra ciudad. Desde hace días espero una respuesta.

El pasado domingo 13 de noviembre mi abuela con 103 años fue enterrada en la fosa en la que con anterioridad fue enterrado mi abuelo y más tarde mi madre.

Hace treinta años, al morir mi madre se exhumó el cadáver de mi abuelo y en el acto del entierro, sus huesos, en una bolsa de plástico, fueron introducidos en el ataúd de mi madre. El haber tenido esta experiencia nada nos hacia suponer que el trato que recibirían los huesos de mi madre y de mi abuelo, en esta ocasión, fuese diferente.

Aunque solicitamos estar presentes en el acto de exhumación de los restos cadavéricos cuando llegamos al cementerio el funcionario del ayuntamiento nos informó que ya habían sido exhumados, lo cual fue una contrariedad a nuestros deseos y el comienzo de lo que considero una mala práctica.

Cuando llegamos el pasado domingo para dar cristiana sepultura a mi abuela nos encontramos con operarios que esperaban para realizar sus laborares en el entierro. Uno de ellos portaba una bolsa de plástico anudada como se anudan las bolsas de basura. El hombre no sabía muy bien dónde dejar la bolsa y al final la depositó en las losetas de una tumba cercana a la fosa y a escasos centímetros de donde me encontraba. En un principio no quería creer lo que estaba viendo y palpé la bolsa por la parte alta, no tuve que moverme, ni agacharme para palpar el cráneo de mi abuelo o de mi madre, no lo sé, sólo había una única bolsa. Por lo que me será imposible exhumar los restos de uno de ellos.

Tras meter el ataúd en la fosa, el operario recogió la bolsa y en vez de introducirla en el ataúd la depositó fuera de este. Fueron unos momentos de gran dolor que me impidió reaccionar y solicitar lo que suponía tendría que ser la práctica habitual.

Con pena y duelo me puse en contacto tanto con la funeraria como con el responsable del cementerio pues entiendo debe de haber un protocolo, un reglamento de actuación que eviten las malas prácticas, pero no atendieron a mi queja. Por ello, me dirigí al ayuntamiento en concreto a la secretaría técnica de la Consejería del Medio Ambiente, orientada por el jefe de la oficina de establecimiento, donde expresé mi queja por escrito y solicité conocer el protocolo. Pasada más de una semana no he obtenido respuesta por lo que manifiesto mi queja y mi solicitud de conocer el reglamento de enterramiento. Considero una mala práctica el no consultar con los familiares las diferentes opciones de enterramiento de los restos cadavéricos. Considero mala práctica no tener en bolsas diferenciadas los restos de mis familiares y sobre todo considero mala práctica no darles el trato de respeto que los huesos de nuestros familiares se merecen.

Si el reglamento de enterramiento les permite a los operarios del ayuntamiento esta forma de proceder, solicito que sea modificado y si el reglamento no permite esta forma de proceder, solicito que se tomen las medidas oportunas para que se proceda con respeto hacia los muertos y hacia sus familiares.

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