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Tan sólo 52 familias musulmanas recurren a los servicios del Matadero Municipal para el sacrificio

El matadero a pleno rendimiento
(Autor: Guerrero)

De los poco más de dos mil corderos y cabritos que ayer se sacrificaron en Melilla con ocasión de la Pascua Grande para los musulmanes o Aid el Kebir, tan sólo 52 lo hicieron en las instalaciones del Matadero Municipal, según datos facilitados por la Consejería de Presidencia y Salud Pública. La cifra es similar a la del pasado año, pero a nivel general, el número de sacrificios que se realizaron ayer en Melilla están muy por debajo de los más de cinco mil del año 2015. Por lo demás, las familias musulmanas melillenses celebraron ayer la pascua del sacrificio o Aid el Kebir en compañía de sus seres queridos. El viceconsejero de Presidencia, Juan José Torreblanca, informó ayer tarde que la Consejería de Presidencia y Salud Pública, a lo largo de la jornada del viernes, puso a disposición de los melillenses musulmanes el Matadero Municipal y varios puntos de sacrificio repartidos por los barrios de la ciudad para poder llevar a cabo el sacrificio del cordero pascual. Afirmó que "la jornada se ha desarrollado dentro de la armonía que debe prevalecer en un día tan señalado".

En cuanto al uso que se ha dado a estos servicios e instalaciones, detalló que el Matadero "estuvo abierto desde las siete de la mañana y a lo largo del día se han sacrificado medio centenar de corderos y cabritos".

Torreblanca, que manifestó que la Consejería de Presidencia y Salud Pública "quiere felicitar de nuevo a todos los melillenses por este día festivo", anunció que el área que dirige Paz Velázquez "apuesta por ir incrementando en los años venideros el uso de estas instalaciones de calidad al servicio de los melillenses".

Desde la Consejería no se facilitaron datos sobre si se utilizaron las cinco carpas instaladas en distintos barrios de la ciudad, sólo el número de animales sacrificados en el matadero y la cifra aún no oficial de que los ganaderos melillenses han vendido este año unos dos mil corderos peninsulares. En comparación al pasado año, la cifra de corderos se mantiene prácticamente similar, pero muy lejos de las de años anteriores en la que se llegaron a sacrificar más de 5.100 corderos en toda la ciudad, adquiridos en Marruecos porque no existía, como ha ocurrido en los dos últimos años, restricciones al tránsito de animales por la fiebre aftosa.

Familias y fiesta
Tras el rezo de la mañana, llegó el momento del sacrificio en el que rememorar al profeta Abraham. Con ayuda de toda la familia y la expectación de los niños que viven con entusiasmo la tradición, los cabeza de familia procedieron a sacrificar el cordero, con un corte certero en la yugular para evitar el sufrimiento al animal y su desangrado completo y controlado.

Una vez realizada la operación de limpieza del animal, se inicia el trabajo de las amas de casa, que se afanan en preparar los sabrosos y condimentados platos típicos bereberes. Cumpliendo también con la tradición, los musulmanes entregarán parte de la carne del animal sacrificado con las personas más pobres, porque compartir también engrandece el alma.

Los pinchitos de hígado y los callos constituyen los primeros platos, tras los que, con la carne ya más reposada, llegarán los exquisitos guisos de las patas de cordero especiadas y otras exquisiteces culinarias de la variada gastronomía rifeña.

A lo largo de estos días se suceden, en torno a la mesa, los encuentros entre familiares, amigos y vecinos, con los que compartir unos entrañables momentos de hermandad.

En el Aid el Kebir se rememora la reafirmación de fe que demostró Abraham, aceptando la difícil prueba que le impuso Dios de sacrificar a su hijo primogénito, Ismael, en la ciudad de Minan, ahora tierra santa de La Meca. Sin embargo, el arcángel Gabriel, por imperativo divino, según las sagradas escrituras, detuvo en el último momento al siervo de Dios y le ofreció un cordero para que lo sacrificara en lugar de su hijo. Esta es también la fecha en la que muchos creyentes utilizan para realizar la mágica peregrinación a la Meca.

La fiesta se desarrolló sin incidentes en una Melilla prácticamente desierta, con buena parte del sector de hostelería cerrado y las playas casi vacías por el temor a la lluvia y las banderas rojas que desaconsejaban el baño.

Un matadero plenamente operativo
En el Matadero no sólo se realiza el sacrificio por el rito halal con la intervención de un santón, sino que también se lleva a cabo el desangrado del animal, el desuelle y la retirada de las vísceras. Los animales son después inspeccionados por el servicio de veterinario y además se facilitan cargadores que llevan la carne a los vehículos de las familias que han recurrido a los servicios del Matadero.

El servicio funcionó ayer entre las 7 de la mañana y las tres de la tarde con todo su personal, integrado por unas nueve personas entre el encargado del sacrificio, los matarifes, los ayudantes y los cargadores.

Quienes recurrieron a este servicio municipal explicaron que de esta forma se conseguía ahorrar tiempo, y además se aseguraban que el animal, una vez despiezado, estaba en óptimas condiciones. Las familias pudieron ser testigos, una vez se colocaran batas, zapatillas y gorros de plástico, del sacrificio en sí del cordero, tal como marca la tradición. Algunos niños acompañaron a sus padres para comprobar cómo se llevaba a cabo el acto.

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Jesús Andújar

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