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El rincón de Aranda

Solamente cumplir, y hacer cumplir la ley de la memoria histórica

melillahoy.cibeles.net fotos 1278 Juan Aranda web

Vaya, hombre, y yo que tenía pergeñada una suave réplica, ya me la han “pisado”. Bueno, que todo sea por la “Memoria Histórica”, y con su “chusco” se la tapiñe. Pero sí que me agradaría que la dichosa plaquita fuese sustituida por otra, donde se pueda leer el nombre del arquitecto que construyó esa manzana de viviendas.

Creo que sería muy ilustrativo. Y si anduviésemos unos metros, a la vuelta de la esquina, junto a Pedro Segura, que nadie sabe a ciencia cierta quién fue, ni si verdaderamente se llamaba así, (claro que sí que hubo un Cabo que cayó en 1679, junto a veinte compañeros, en defensa del Fuerte de Santiago, año en que también cayeron los fuertes de San Lorenzo y San Francisco). Bueno, pues como digo: Que en la glorieta donde se halla el fantástico y Glorioso Monumento a los Héroes de Taxdir, colocar una placa con el dignísimo nombre del General D. Manuel Romerales Quintero, que con toda la ignominia e infamia, y previa degradación, por los delitos de traición y sedición (sic), fue fusilado a las 8 de la mañana del día 28.08.1936, por defender el juramento que hizo a la República. Así los supinos ignorantes no tendrían más remedio que consultar los libros de Historia, para conocer lo ocurrido en nuestra ciudad aquél fatídico 17.07.1936, en el que Dios debió decirles a los españoles en nuestra ciudad: “¡Anda y que os zurzan, pandilla de zampachuscos!”. Y se enterasen que aquél General ni fue traidor, ni sedicioso, sino que fueron sus propios subordinados los que traicionaron el poder constituido, y a él como su superior. Claro que para comprender objetivamente la Historia, algunas personas, antes tendrían que quitarse la decrépita y ajada visera casposa de los 12 kms. de Melilla, para que la verdad los llene de luz y objetividad, y saber qué motivó a los conmilitones fascistas-franquistas, al dar comienzo a la “Gran Danza de la Ignominia”.

Si me lo permiten, para que todos quedemos contentos, y sean pasados por el mismo rasero de la Historia, también debieran colocar, como los guerreros chinos, de terracota, alineados desde el Torreón de San Juan, junto al “Comandantín”, a todos los Generales, Coroneles, Tenientes Coroneles, Comandantes, y oficiales que participaron en las guerras contra los rifeños, en todas las épocas, en defensa de nuestra ciudad, ya que todos ellos también se lo merecieron. Sobre la clase de tropa, como fueron tantos miles, debemos ir a La Purísima, y rezarles una oración; ya que como dijo el bueno de San Agustín: “Una flor se marchita, una lágrima se evapora, y una oración la recoge Dios”.

Y ahora fíjense el fanatismo, mezclado con la ignorancia bravucona tan manifiesta sobre lo ocurrido el 18.10.1936, al tomar las tropas franquistas la pequeña localidad toledana, “Azaña”: El Comandante Jesús Velasco, jefe de las tropas que habían tomado el pueblo, convocó a ocho vecinos para constituir una junta gestora del Ayuntamiento que, “Con una vibrante exclamación de: ¡¡Viva España y su glorioso Ejército Nacional!!, en lo sucesivo esta villa lleve el nombre de Numancia de la Sagra, por el hecho de haber sido reconquistada por el Rgto. de Numancia, en la inolvidable mañana del día 18 de los corrientes”. A ninguno de los pocos vecinos se le escapaba cuál había sido el motivo: El pueblo se llamaba: “Azaña”, como el apellido del Presidente de la República, Manuel Azaña; y nadie se atrevió entonces a advertir al fogoso militar, el error en el que caía al interpretar el nombre de la villa como un homenaje al político, ni a hacerle ver que el nombre no era un capricho del régimen republicano sino que se remontaba a 1.158, cuando Azaña aparecía ya por primera vez en un documento del Rey Sancho III.

También hay comentaristas en las distintas “cajas tontas”, y hueros junta-letras en los papeles serios, con esmirriadas plumas destempladas, que plumean despotricando, recorriendo toda la escala musical de la ortografía: Desde el cornetín del orden sintáctico, con sus agudas estridencias, hasta la insondable profundidad de un contrabajo. También son expertos agradecidos en el claqué de muñecas en hombros conocidos, y desconocidos, que hacen salpicar la caspa de los discursos de algunos políticos, discursos construidos de coz y flato, entre apretones de letrinas. Estos comentaristas son los que no paran de echar arena en el engranaje de la Historia, creyendo que los que los escuchamos, o leemos, somos unos vulgares gilipollas. Poseen un falso halo de doctos, sin desear ser útiles, pero sí importantes; claro que más pronto que tarde siempre enseñan sus peludas patitas chusqueras. Ellos desprecian cuanto ignoran, creyéndose Diderot con su Enciclopedia, o expertos en nuestros ESPASA y RAE, pero con las hojas en blanco: O sea, de ojana. También se creen tan viriles y tan machotes, que piensan que el órgano sexual más importante, lo tienen entre las piernas, cuando realmente está en la caja craneal.

Fíjense a donde llegó el paroxismo de los vencedores, que un Gobernador Civil de La Coruña, llegó a anunciar en la prensa local, su deseo de eliminar el nombre del Registro Civil, de D. Santiago Casares Quiroga, masón, republicano, y amigo de Azaña.

Y como estamos en el: “Y tú más”, solo recordar el bombardeo y destrucción de Guernika, ensayo que hicieron los nazis para la invasión de Europa. También Badajoz, en el que el periodista Jay Allen escribió el 30.08.1936, en el “Chicago Tribune”, el artículo “Slaughter of 4,000 at Badajoz, City of horrors”: “Masacre de 4000 en Badajoz, la ciudad de los horrores”; sobre las matanzas en Badajoz, por parte de las tropas franquistas. Como el artículo es muy extenso, en el que describe el horror de ver: “(….) Asesinados después de la caída de la ciudad; desde entonces de 50 a 100 personas eran ejecutadas cada día. (….) Pero lo más negro de todo: la “policía internacional” portuguesa está devolviendo gran número de gente y cientos de refugiados republicanos hacia una muerte certera por las descargas de las cuadrillas rebeldes. (….).La magnífica escuela e Instituto Sanitario de la República. Los hombres que los construyeron están muertos, fusilados porque trataron de defenderlos”.

Y sobre la Ley de la Memoria Histórica, que fue aprobada por el Congreso Nacional de los Diputados, y por todas las fuerzas políticas, incluida la del actual Gobierno, que se la está pasando por el forro de la desidia, como digo: Debe ser cumplida, y las autoridades hacerla cumplir. Y una vez cumplimentada, a lo mejor, quizás, pudiera ser, que Melilla sea declarada “Patrimonio de la Humanidad”. Y no hay más historia, señores. Algunos no quieren recordar que el franquismo en colores arrebató la libertad a toda una generación condenada a vivir en blanco y negro; por eso la democracia debe ser sin franquismo, pero no sin memoria.

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