La sociedad para el desarrollo de Melilla (SODEMEL), a través de su máximo responsable, Don Enrique Bohórquez, continúa con sus labores de promoción y desarrollo de la ciudad. Un aspecto primordial de cara a la competitividad melillense, es la integración de la ciudad en el espacio aduanero europeo. La integración aduanera, que Ceuta ya se encuentra en vías de solicitar, es considerada desde SODEMEL como una medida nuclear «si se quieren afrontar los retos económicos a medio y largo plazo». La sociedad para el desarrollo de Melilla (SODEMEL), a través de su máximo responsable, Don Enrique Bohórquez, continúa con sus labores de promoción y desarrollo de la ciudad.
Para SODEMEL, la Ciudad Autónoma de Melilla presenta una serie de ventajas competitivas únicas en su entorno que pueden significar, bien aprovechadas, el paso de una economía subvencionada y fuertemente dependiente de las instituciones públicas (se hace preciso recordar que Melilla es una ciudad con más de un 50% de funcionarios entre la población activa) a una economía productiva, generadora de servicios y riqueza para los ciudadanos melillenses, que actualmente se encuentran, simultáneamente, a la cola de la renta y a la cabeza del paro nacional.
La visión
La visión de SODEMEL, compartida por un gran número de agentes económicos en la ciudad, presenta a Melilla en un momento crítico de su historia, un momento en el que la situación económica ha de dar un giro de 360º para adaptarse a las condiciones de competitividad que impone el desarrollo, tanto del resto del territorio nacional como de Marruecos.
Un aspecto primordial e insoslayable, de cara a la competitividad melillense, es la integración de la ciudad en el espacio aduanero europeo. Cabe recordar que, en la Unión Europea, los espacios fiscal y aduanero no tienen porqué coincidir. Actualmente, los beneficios del mantenimiento de un estatus aduanero que, junto con el de Ceuta, podría considerarse «excepcional», son menores que los costes.
Ventajas
La entrada de Melilla en la unión aduanera traería consigo la eliminación de los impedimentos de la aduana, viejos conocidos del melillense de a pie, prácticamente eliminando el control sobre la mercancía y reduciendo así tanto los costes (impuestos de importación-exportación) como los tiempos de envío. ¿Qué melillense no ha tenido alguna vez problemas a la hora de enviar cualquier tipo de mercancía, usada o no, a territorio peninsular? La integración de Melilla en la aduana europea, siguiendo un modelo similar al de las Islas Canarias, supondrá con toda seguridad un estímulo para la llegada de inversiones y la instalación de nuevas empresas; si bien los efectos con respecto al comercio atípico navegan todavía en el campo de la incertidumbre, estudios realizados por consultorías de primer nivel determinan que los beneficios derivados de la integración superarían con creces cualquiera de los costes.
La integración aduanera, que Ceuta ya se encuentra en vías de solicitar, es considerada desde SODEMEL como una medida nuclear «si se quieren afrontar los retos económicos a medio y largo plazo» que presenta el entorno; uno de los pilares fundamentales sobre los que construir un futuro económico alejado de la economía de subsistencia que, de no concretarse, producirá un aumento de la distancia entre Melilla, anquilosada y atrasada, y el resto del entorno, que se encuentra, tras años de crisis, abrazando el desarrollo y la inversión en plena efervescencia económica.
