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Slava Ukraini. Delirios de nuestros políticos.

Pasa el tiempo, mueren muchos miles de soldados y civiles ucranianos -de ciudadanos ucranianos- en la defensa de su país y de sus ideales, frente a la repugnante agresión rusa. Es ahora obvio que se trata de una agresión rusa, no de Putin, puesto que una mayoría del pueblo ruso sigue apoyando la invasión.

Se podría argumentar, con cierta razón, que el pueblo ruso está engañado por la opresiva propaganda, el férreo control de la población y el miedo ante un poder dictatorial. Igualmente se podría argumentar lo contrario, siguiendo a Abraham Lincoln cuando dijo: “Puedes engañar a todas las personas una parte del tiempo y a algunas personas todo el tiempo, pero no puedes engañar a todas las personas todo el tiempo”. ¿Es creíble que la inmensa mayoría de la población alemana no supiera lo que el régimen de Hitler estaba haciendo, con sus guerras de conquista y sus matanzas de judíos y personas con deficiencias? ¿Es creíble que tan solo una parte significativa de la población lo ignorara? Aún es menos creíble hoy, con los medios de comunicación social en manos de buena parte de la población y la práctica imposibilidad de controlarlos eficazmente.

Obviamente, si la única fuente de información que elegimos tener es un diario o emisora con una determinada tendencia política, solo leeremos u oiremos noticias con un sesgo hacia esa tendencia. Pero somos nosotros los que elegimos nuestro sesgo, puesto que tenemos la posibilidad de acudir a muchas otras fuentes. La importante cadena americana de noticias, Fox News, se está defendiendo contra una demanda en la que se está probando, con fuentes de la propia cadena, que mintieron voluntariamente sobre los resultados de las pasadas elecciones en Estados Unidos argumentando que, si decían la verdad, iban a perder audiencia. A pesar de ello, y contra toda lógica, Fox sigue conservando su audiencia. La razón es clara: tienen a un público cautivo que prefiere oír sus mentiras, ya que se acomodan a la ‘verdad alternativa’ que ellos quieren creer.

Con la propaganda sanchista tenemos otro claro ejemplo. Millones de personas cuyo único conocimiento histórico es el que le suministran, mediante un constante goteo, con la revanchista y falsa ley de la des-memoria histórica. Los que están dispuestos a creerla y, aún peor, a aplicarla en contra de la opinión de la mayoría de los españoles que realmente creen en la democracia, no pueden alegar ignorancia, tan solo psicosis delirante. Creen en lo que experimental y científicamente no existe, porque así les conviene. Cualquier evidencia que se les presente es vana, porque ellos ya han elegido ‘su verdad’.

Como, si no, se explica que Elena, trabajadora y con presencia constante en este medio, pueda ser eficiente y a la vez tener delirios, única explicación para que una feminista convencida no clame diariamente contra la ley del sí es sí. O para que una mujer, supuestamente culta, no se moleste en consultar y analizar diversas fuentes históricas, comulgando en cambio con la ley sanchista. O para que apoye la supina y antifeminista estupidez del 50% en puestos públicos, considerando así a las mujeres como personas incapaces, que tan solo podrían acceder a determinados puestos si se les reserva una cuota. Todas las personas son iguales ante la ley, hombres o mujeres. El hacer leyes y normas diferentes para unos y otros no remedia los males pasados, tan solo los perpetúa, pero en sentido contrario. Una injusticia no se corrige con otra injusticia ¿Verdad, Elena?

Hablar de Sabrina es difícil, porque sonríe y nunca dice nada, a no ser que se lo ordenen las mentes siempre verídicas y preclaras de Madrid (nótese la sorna). No resisto la tentación de proponerle un plan perfecto, para la apertura comercial de la frontera. Cada mes se debe enviar una furgoneta más que el mes pasado, como se ha hecho en los dos meses pasados, hasta que el tonelaje enviado equivalga a lo que puede cargar un camión.  Entonces se enviará ese camión y cada mes se sumará una nueva furgoneta, hasta que la carga transportada equivalga a la de dos camiones, y así hasta el infinito. Debo resaltar que mi plan no es más estúpido que el inexistente actual, ya que con el mío se transportaría cada vez más carga y con el de ella, el de Sánchez, nunca sabremos cuanta carga se va a poder transportar, cuando y como. O si tan siquiera el Monarca marroquí tendrá a bien que se abra realmente la frontera, en algún momento. Por supuesto no cito al súbdito Sánchez, que nada tiene que decir al respecto.

Para hablar de Gloria deberíamos repetir lo dicho para Sabrina, pero sin sonrisas. Gloria es la perfecta voz de su amo, pero nos sale muy cara, ya que para hacer lo que hace bastaría con contratar, a menor precio, a un ‘pregonero’, que repitiera las consignas del glorioso movimiento sanchista-comunista-separatista.

Por fin cito a un hombre, el presidente de rebote, Eduardo. Una persona que pertenecía a un partido de centro y que, según él, no tiene aspiraciones políticas en el futuro, pero que defiende a ultranza las ideas de sus socios socialistas y cepemistas de gobierno, por descabelladas y antiespañolas que sean.

Como ven, estoy ajustándome a lo políticamente correcto, ya que he citado a tres mujeres y tan solo a un hombre (75%, para los matemáticamente menos dotados).

No he citado, por el momento, a los miembros del gobierno pertenecientes a CPM. Tan solo preguntarme qué parte del desastre del gobierno actual en la ciudad, es atribuible a ellos. Es difícil saberlo, porque casi nunca aparecen en público o dan explicaciones sobre su gestión. ¿Creen que no deben? ¿O no se atreven? ‘Vender’ a su jefe no debe resultar fácil, dado su carácter. Y la ‘segunda espada’ es cordial y educada, pero me temo que el puesto que ocupa no es el idóneo para ella.

FRASES

O para que (Elena) apoye la supina y antifeminista estupidez del 50% en puestos públicos, considerando así a las mujeres como personas incapaces.

Gloria es la perfecta voz de su amo, pero nos sale muy cara, ya que para hacer lo que hace bastaría con contratar, a menor precio, a un ‘pregonero’.Como ven, estoy ajustándome a lo políticamente correcto, ya que he citado a tres mujeres y tan solo a un

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Gonzalo Fernández

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