Sebastián Sánchez, catedrático de Escuela Universitaria del Departamento de Didáctica y Organización Escolar, pero sobre todo en los últimos siete años delegado del rector de la Universidad de Granada para el Campus de Melilla, dice adiós a esta responsabilidad de la que realiza un balance positivo, aunque crítico con algunas cuestiones que le gustaría haber impulsado como el nuevo campus para un aumento de las infraestructuras.
- La nueva rectora ha anunciado que "casi seguro" prescindirá de la figura del delegado del rector para el próximo curso, ¿se lo había transmitido anteriormente?
Es el procedimiento habitual que cuando se elige a un nuevo rector este renueve gran parte del Equipo de Gobierno (vicerrectores, delegados, etc.). Aún así, yo ya hablé con Pilar Aranda e Indalecio Sánchez-Montesinos de que quería dejar el cargo, ya que para mi este tipo de responsabilidades son para un tiempo determinado. La verdad que ha sido una experiencia interesantísima y he aprendido muchísimo pero considero que esta figura necesita de una dedicación muy exclusiva y se abandonan otras tareas universitarias en las que a partir de ahora me gustaría dedicarme más en profundidad.
- Uno de los objetivos para los que se le encomendó esta responsabilidad era para visibilizar el Campus en la Ciudad ¿cree que lo ha conseguido?
Efectivamente, uno de los objetivos por los que se me encomendó este cargo fue el de visibilizar en especial la Universidad de Granada en Melilla, pero también viceversa y creo que se ha mejorado. Cuando me propusieron en febrero de 2008 esta responsabilidad como docente e investigador me sentí agradecido y es que creo que como universidad pública debemos de dar cuenta y comunicar lo que trabajamos y los resultados que hacemos en nuestras investigaciones. Tengo clarísimo mi compromiso con los ciudadanos.
- ¿Qué medidas concretas cree que han potenciado el Campus en Melilla?
Pues creo que está bastante relacionado con la decisión del anterior rector, Francisco González Lodeiro, de introducir en parte de su equipo a un nexo con Melilla, por eso me parece un error suprimir la delegación, opinión que le trasladé al rector en el acto que se celebró el pasado sábado. Y es que los decanos de los tres centros por los que se compone Melilla, Enfermería, Ciencias Sociales y Educación y Humanidades, tienen bastante trabajo con los propios centros. También es cierto que el hecho de que en las relaciones institucionales haya existido una figura de máximo nivel ha sido un elemento clave para dar representación a la universidad en Melilla.
A través de los actos oficiales, entrevistas, actividades de extensión conjunta de los tres centros, actividades de miembros del equipo de gobierno y del propio rector al que siempre he acompañado, han hecho que la Universidad de Granada tenga más peso en Melilla y se visibilice, aquí y en la Península.
Además, si bien la universidad como administración es muy democrática es jerárquica y el hecho de que exista una figura al mismo nivel que el resto del Equipo de Gobierno ha facilitado muchísimo la comunicación y la hace más fluida. También el hecho que cada Consejo de Gobierno, reunión del Equipo o de departamento me tuviera que trasladar Granada era una ocasión para solucionar algunos temas. Incluso ha habido ocasiones en las que el rector ha delegado en mí para representar a la Universidad en Granada, por mi perfil profesional, como delegado del rector en Melilla, y eso también ha ayudado a visibilizar la oferta de la UGR en otros sitios.
A su vez, no solo la presencia del delegado del rector en el Equipo de Gobierno facilita la comunicación, sino que también y sobre todo hacen que se tenga a Melilla presente en la toma de decisiones y se hable de nosotros, y eso se ha notado. Por ejemplo ahora en la campaña en la carta de despedida de los dos candidatos al Rectorado se ha hablado de Ceuta y Melilla, además de las actividades que se han llevado a cabo aquí en el Campus con ambos.
Estoy convencido de que con todo lo que se ha conseguido la figura del delegado del rector refuerza la necesidad de mantener ese cargo en el Campus de Melilla. Pero se que la rectora a pesar de prescindir de esta figura va a seguir impulsando el Campus de Melilla, aunque insisto en que creo que es un error su eliminación completa, lo que no quita que se pudiera modificar las competencias del mismo.
- ¿Qué balance hace de su trabajo desde su inicio en 2008?
A pesar de todas las dificultades económicas que caracterizaban el momento, era el año 2008 el inicio de la crisis, hemos salido hacía adelante con nuevas titulaciones, mejoras en infraestructuras como la cuarta planta para Enfermería, convenios, dobles titulaciones, los cuales son buenos indicadores de que hemos avanzado. Además, las relaciones interinstitucionales han sido muy intensas lo que ha ayudado a hacer todo este tipo de medidas, más allá de alguna desavenencia, el trabajo conjunto ha sido muy fructífero.
También es cierto que no se ha podido completar todo, como por ejemplo la realización de un nuevo campus pero con los tiempos económicos en los que nos encontramos es comprensible.
- ¿Qué cosas se han quedado en el 'tintero' antes de irse?
Por un lado, el Pabellón Deportivo con el que tuvimos muy mala suerte ya que esta infraestructura lleva presupuestada desde 2006. El problema con este edificio fue que tras conseguir la firma del convenio con el Consejo Superior de Deportes (quien se encarga de su construcción) sacó a licitación el proyecto y la empresa adjudicataria cayó en quiebra. Así, dos veces más, hasta que entró en litigo en la tercera convocatoria.
También en general, se ha mejorado mucho las infraestructuras del Campus gracias también a con los planes de empleo con los que se ha acondicionado los edificios, se ha acondicionado determinadas zonas, pero queda mucho por hacer. Yo he tenido experiencias bastante significativas en las que hasta 100 personas se han matriculado en el master que imparto, pero que cuando vienen a Melilla y ven el estado y la falta de infraestructura se dan de baja.
Con esto quiero decir, que si bien se ha mejorado en infraestructuras, es necesario incrementarlas pero con visión universitaria, para lo cual es necesario un nuevo campus, ya que en el actual no se pueden acondicionar más espacios. Yo con que hubiera visto durante mi periodo un cartel con unos terrenos reservados para la UGR me hubiera sentido satisfecho. Aún así, me consta que ha habido muy buena voluntad y receptividad pero por problemas económicos, de geoestrategia y de ordenación urbana no se ha podido llevar a cabo.
En ocasiones he escuchado mensajes de convertir Melilla en ciudad universitaria, pues bien, es un buen camino para el futuro de nuestra ciudad, pero hay que pasar por las infraestructuras. Incluso la ubicación influye, mucha gente que pasa por el Campus no ven condiciones de campus universitario, si por ejemplo se hubiera ubicado en el Cuartel de Santiago hubiera estado mucho mejor ambiente y más cerca del centro.
También intentamos poner una carta con menú y platos combinados con la concesionaria de la cafetería, sin embargo, la gente no iba pero porque es que tampoco había un comedor. De todas maneras, soy optimista y creo que van a venir buenos tiempos y el Campus de Melilla va a hacerse una institución más visible y con una rectora que seguro que lo va a impulsar.
- Y ahora, ¿qué le espera más allá de la gestión universitaria?
Continuaré de manera más intensa con el grupo de investigación que impulsé en 1988 y que ha salido hacía adelante con las producciones de muchos compañeros. También continuaré con el master que imparto en el Campus de 'Diversidad cultural. Un enfoque multidisciplinar y transfronterizo', y el Instituto de Investigación que inicié junto a otros compañeros en Granada. También es cierto, que como gestor del Campus he tenido que dejar algunos foros internacionales en los que podré volver a estar presente.
- ¿Qué lección se lleva de todos estos años de gestión?
Siento como un poso, como una comida que se queda abajo. Aún, así para mi lo más interesante ha sido poder servir de nexo entre lugar en el que trabajo la UGR y la Ciudad de Melilla. Además veo cuando voy a Granada el cariño que le tienen hacía las cuestiones de Melilla y a la universidad. Por eso, el hecho de haber contribuido a ello compensa todos los esfuerzos. Aún así, voy a seguir 'dando la lata' a mis estudiantes, compañeros y voy a seguir colaborando porque ha sido un honor trabajar como delegado del rector.
