Así es, estimado Ángel, tu cuerpo está llegando a nuestra, a tu Melilla. En estos momentos de cierre del triste día, en estos instantes, siento la necesidad de expresarte,
afecto, respeto a tu persona, reconocimiento desde el encuentro de la humildad y complicidad con ese pueblo, con ese pueblo tan amado.
Tuve la dicha de conocerte, de abrazarte, de contrastar y enriquecerme con tu personalísima forma de ser y afrontar los cantos de la vida, aprendiendo de tus instantes al pié de la noticia desvestida, auténtica, testimoniada por tu saber a tu manera ver y servir. Son momentos duros, son momentos en los que cuesta creer, son recuerdos que invaden mi presente y nublan mi vista, pero sé que estás en cierta forma, que nos animas a ser ante todo " uno mismo", y sé que tu obra, tu trabajo no ha sido ni es ni será baldío, siendo tu Norteafrica tan tuyo como nuestro. Estimado Ángel saluda y disfruta eternamente con nuestra gente, no dejes de enseñar y dar vida a los que tienen ahora la suerte de conocerte, y un deseo de una cercana lejanía, amigo, nos veremos, nos reíremos y seguiremos danzando en nuestra amiga inmensidad.
Pericassi, a nuestro querido Ángel, Ángel Villaverde Valencia donde quieras estar.
