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Recursos, creatividad y libertad

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Carta del Editor MH, 21/9/2023

Enrique Bohórquez López-Dóriga

 

Juanjo Imbroda, en el Día de Melilla, centró su discurso en la búsqueda de una alternativa económica para la ciudad, mediante reivindicaciones al Gobierno de España, el trabajo de la Ciudad en universidad, turismo y tecnología, y el convenio con la Junta de Andalucía. Las reivindicaciones al Gobierno de España van con el sueldo (el suyo incluido), pero no garantizan nada, en cuanto que dependen de terceros (un factor exógeno, como diríamos los economistas) y si esos terceros están dirigidos por Pedro Sánchez, como parece más que probable, el panorama es negro. El trabajo de la Ciudad también va con el sueldo. Solo faltaba que el objetivo del Gobierno de la Ciudad fuera no trabajar. Como también va con el sueldo intentar mantener buenas relaciones con la Junta de Andalucía, al menos mientras los dos Gobiernos -el andaluz y el melillense- sean del mismo partido. El proyecto esbozado por “el presidente Imbroda” -centrar los esfuerzos en la educación (no debería ser solo en la universidad), el turismo y la tecnología- es bueno, pero jamás tendrá éxito en manos de la administración pública y su burocracia. En fin, y por resumir: lo necesario es desarrollar un proyecto concreto (no más teóricos planes de desarrollo), con una estrategia también concreta, y desarrollada con recursos suficientes, creatividad y libertad.

Europa y el Rey son los dos únicos elementos que nos dan cierta tranquilidad y perspectiva de futuro

A propósito de lo de la libertad, una otra vez me permito insistir en la libertad como motor de la acción. Además, hay una idea de justicia y libertad profundamente introducida en la manera de ser de los españoles, como acaba de declarar Juan José Laborda, socialista, ex presidente del Senado y senador constituyente, que recuerda y cita a Lope de Vega y su tantas veces alabada obra de teatro, Fuenteovejuna, o de cómo la gente humilde se rebela contra las injusticias del Estado. “No somos un pueblo de gente que se arrodilla…Los partidos hoy en día están inflados de poder y anémicos de ideas políticas… Europa y el Rey son los dos únicos elementos que nos dan cierta tranquilidad y perspectiva de futuro”, añade Laborda, un socialista más que se atreve a manifestar su descontento con la deriva fatal de Pedro Sánchez.

Lo necesario es desarrollar un proyecto concreto (no más teóricos planes de desarrollo), con una estrategia también concreta, y con recursos suficientes, creatividad y libertad

El que tampoco cesa en el error es Mustafa Aberchán. Las explicaciones -que no razones- de Aberchán (ya se me está empezando a olvidar el nombre), expuestas en un comunicado público ‘de Coalición por Melilla’, no aclaran el fondo del porqué sigue su partido sin acudir al Día de Melilla del 17 de septiembre. Solo aclaran que Aberchán sigue mandando en el casi difunto partido, CpM, que, como partido local, pudo ser mucho, pero dilapidó su potencial, tras mal gobernar nuestra ciudad durante cuatro años y no conseguir apartarse de la perniciosa mezcla de religión y política.

CpM, como partido local, pudo ser mucho, pero dilapidó su potencial, tras mal gobernar nuestra ciudad durante cuatro años y no conseguir apartarse de la perniciosa mezcla de religión y política

Bajar impuestos, reinterpretar la Historia

Por cierto, he estado estos últimos días en Madrid, que es, aunque el hecho sea poco conocido, la única capital europea de origen islámico (siglos IX al XII). El desarrollo de Madrid es impresionante. Eso de bajar los impuestos -la principal decisión política de la gran presidenta Isabel Díaz Ayuso- da buenos resultados. Es lo contrario de lo que ocurre con el Gobierno del nefasto Pedro Sánchez. Sirva como ejemplo lo que pasa con la gasolina y su constante encarecimiento: casi un 40% de lo que pagamos cuando ponemos gasolina en nuestros coches son impuestos, impuestos indirectos, que son menos visibles que los directos, pero que son una inmensa carga más en las espaldas de los españoles todos… para sufragar, por ejemplo, estupideces políticas como el uso de, en principio, tres lenguas más en el Congreso, donde todos tienen el derecho y el deber de hablar español.

Quizás nuestro generalizadamente bajo nivel de cultura nos está llevando a esta situación. Aprender no es aburrido, sino más que conveniente. Irene Vallejo, una gran escritora, escribió en El País Semanal del domingo pasado: Apasiona aprender. La palabra “escuela” procede del griego scholé, que significa “ocio, tiempo libre”. El latín “studium” se traduce por “afición, mimo”. Ya Sócrates y los sofistas entendieron la enseñanza como disfrute y diálogo. Epicteto hubiera aborrecido como una forma de esclavitud mental la obstinación por los resultados académicos y los implacables expedientes impecables. Jugar no es lo contrario de la seriedad, como muestra la concentración de los ajedrecistas. Aprendemos más cuando el puro placer nos hace olvidar que estamos aprendiendo.Casi nada es o fue lo que parece. La manipulación de la Historia es lo habitual en cualquier autocracia. Leo, con gran disfrute, la inteligente e irónica definición de ‘Historia’ por parte de J. Blanco en el diario El Mundo: “Historia: Reinterpretación de los sucesos del pasado para justificar los embustes del presente. Se usa para avalar dinastías hereditarias, formar identidades colectivas, reivindicar naciones, respaldar revoluciones y motivar invasiones”. ¿Les suena a la España presente? A mí, sí.

 

 

 

 

 

 

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