"La distancia nunca ha sido un obstáculo para vivir el día a día de Melilla, porque la sentimos siempre cerca", aseguró ayer Rafael Vega en el discurso que ofreció en agradecimiento por la concesión del título de Melillense del Año que la Ciudad Autónoma concede con ocasión de los festejos patronales. La entrega de la distinción se llevó a cabo anoche en el transcurso de una cena ofrecida en el Salón Dorado del Palacio de la Asamblea y a la que acudieron, además del presidente Juan José Imbroda, miembros de su equipo de Gobierno y autoridades locales, un destacado número de representantes de todos los sectores de la sociedad melillense. El presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, felicitó al homenajeado del que destacó su contribución a la difusión del nombre de Melilla a lo largo de sus muchos años al frente de la Casa de Melilla en Barcelona.
Homenajeado
Rafael Vega, que se declaró emocionado, afirmó que este homenaje, que agradeció "de corazón", le servía para recordar que durante todos estos años "ni un solo día he dejado de tener en mi mente y en mi corazón a nuestra querida Melilla". "Una parte de ella -afirmó- está siempre presente en todos los hombres y mujeres que un día debimos marchar por diferentes motivos, la protegemos y la queremos, forma parte de nuestra identidad".
"La nostalgia y la ausencia de la tierra que nos vio nacer y crecer la hemos convertido en aliento para promover su conocimiento, la realidad de Melilla que, con sus problemas, es un cúmulo de valores, esencias y rincones de difícil parangón. Esto nos ha servido para sentirnos acompañados del espíritu melillense, el nuestro y para ello hemos siempre contado con el apoyo de nuestra querida Ciudad Autónoma", dijo.
De hecho recordó que en el año 2007 la Federación de Casas de Melilla, "que en ese momento tuve el honor de presidir, recibió la Medalla de Oro de la Ciudad; un momento, sin duda de gran emotividad para quienes formamos parte de esta gran familia".
Aprovechó la ocasión para poner en valor un hecho singular que caracteriza a Melilla como es su Modernismo, y la "importancia singular" que el Modernismo melillense alcanza fuera de la ciudad. "Esta circunstancia, que mucho tiene que ver con la impecable labor de rehabilitación y mantenimiento por parte de la institución autonómica local, nos ha facilitado siempre nuestro empeño de potenciar la imagen de esta tierra, especialmente en Barcelona, baluarte modernista por excelencia". Pero no desmereció por ello "nuestro querido Pueblo, en donde contraje matrimonio hace ya muchos años, ejemplo de apego, recuperación y mantenimiento de nuestra piedras centenarias".
Melilla
Manifestó Rafael Vega que "la distancia nunca ha sido un obstáculo para vivir el día a día de Melilla, porque la sentimos siempre cerca". Esto es "consecuencia del amor que sentimos por ella; cualquier cosa nos afecta y eso, será siempre". Como anécdota personal, recordó aquella que ocurrió cuando "el muy influyente periódico La Vanguardia dejó por olvido, creo, de situar la temperatura de Melilla a la hora de la información meteorológica. Insistí y se recuperó el dato, cosas pequeñas hacen un sentimiento grande".
Reiteró su "enorme gratitud" por esta concesión del galardón "Melillense del Año" que hizo extensible a todas y cada una de las personas que "hacen el bien llevando a su Melilla, nuestra Melilla, allá por donde vayan". Igualmente dio expresamente las gracias "con todo mi cariño a mi familia, fiel acompañante en mi camino". Asimismo, "desde la esperanza que la continuidad de la labor de las Casas de Melilla sea una realidad perenne, pido a esta Ciudad Autónoma, encabezada por su presidente y dado su decidido impulso demostrado en el papel que desarrollamos, no deje nunca de apoyar a ese gran número de melillenses de nacimiento, adopción; de plena convicción y acción que impregnan con Melilla y su verdad por tantos rincones", concluyó.
