Las playas de Melilla y las sombrillas que instala cada verano la Ciudad Autónoma son de todos. Pero desde hace un tiempo, en Los Cárabos, se han convertido en una especie de coto reservado para los más madrugadores, que bajan a la playa al amanecer, colocan una o varias sillas en las sombrillas, y se marchan para no volver hasta varias horas después. De esta manera, se aseguran que tendrán espacio en la hora punta.
Esta práctica se ha tornado en habitual los fines de semana y días festivos, cuando gran parte de las sombrillas de Los Cárabos están ocupadas desde antes de las nueve de la mañana sin que haya nadie en la playa.
La situación ha suscitado quejas en las redes sociales por lo que supone un uso indebido de las sombrillas en una playa, la de Los Cárabos que, debido a las reducidas dimensiones de su arenal, solo tiene una línea de sombrillas.
El debate está servido porque, mientras algunos defienden que obtener una sombrilla es el premio para quien madruga, otros, la mayoría de quienes se han pronunciado en las redes, creen que no se debería permitir reservar un bien común sin ocuparlo durante horas por el perjuicio que supone para quienes llegan después.
En otros lugares de España, estas prácticas ya están penalizadas con multa, mientras que en Melilla ni siquiera se contempla en las ordenanzas del uso de playas.
