“Han sido apeados por la política del cemento, como antes han sido los de Severo Ochoa, Pizarro o el parque Lobera. ¿Tienen las empresas constructoras el poder de apear los árboles cuando les estorben? A la vista está que sí”
La Asociación Guelaya-Ecologistas en Acción y el Movimiento por el Arbolado de Melilla han llevado a cabo una protesta en la calle Conde de Alcaudete, en el Barrio del Industrial, para protestar por la retirada de varios ejemplares de Ficus drupacea de más de 40 años para la construcción de edificios.
Alrededor de medio centenar de personas, entre las que había varios niños, han participado en esta concentración junto a dos alcorques vacíos donde, hasta hace unos días, había plantados árboles de esta especie, de los que solo quedan nueve actualmente en esta calle, que antes estaba “tupida por árboles”.
Las dos entidades organizadoras de esta protesta han lamentado que, poco a poco, estos árboles hayan sido “apeados” de esta calle por la construcción de edificios, para evitar que chocaran con los voladizos, ventanas y balcones de estos nuevos inmuebles, a los que se ha dado “prioridad”.
“No podemos entender cómo la Consejería de Medio Ambiente ha dado ese permiso”, ha dicho la presidenta de Guelaya, Rosa González, según la cual lo que está ocurriendo es “una tropelía continua”.
“Defensa de nuestros árboles” y “Basta de ecocidios” eran dos de las grandes pancartas que han mostrado los participantes en la protesta, en la que Guelaya ha recordado que los ficus drupacea de la calle Conde de Alcaudete son “unos árboles únicos” en Melilla que formaban hasta hace muy poco un pasillo continuo desde el paseo marítimo hasta la calle General Polavieja.
“Han sido apeados por la política del cemento a un destino más que incierto, como antes han sido los de Severo Ochoa, Pizarro o el parque Lobera. ¿Tienen las empresas constructoras el poder de apear los árboles cuando les estorben? A la vista está que sí”, ha apuntado Manuel Tapia, de Guelaya, en una nota.
Vacío legal
Ha señalado a la Consejería de Medio Ambiente como “responsable de este desatino, la destrucción del patrimonio natural de nuestros barrios justo cuando más se necesita su sombra y su oxígeno” debido a la crisis climática.
Para ello, según Guelaya, “se están amparando en un vacío legal por la falta de un reglamento medioambiental que ampare a estos árboles, un reglamento que guardan en un cajón desde hace años para poder seguir cometiendo estas tropelías”, pero ha advertido de que “los vecinos están hartos de estas barbaridades, que terminarán pasando factura a quienes las cometen”.
“Nuestros políticos, lejos de hacer sus deberes con los llamados fondos de resiliencia, están destruyendo nuestro patrimonio natural y sepultando nuestros barrios y nuestro entorno en hormigón armado. Europa y España, que están mandando ingentes cantidades de dinero para que Melilla tenga un medio ambiente que la proteja de las consecuencias del cambio climático, tienen que enterarse de que ese dinero que envían a Melilla no está sirviendo para nada”, ha agregado.
