El PP destacó ayer hoy que Melilla ha sabido gestionar “con humanidad, pero también con racionalidad y realismo” la crisis de los refugiados, que está teniendo desde hace un par de años una importante repercusión en sus fronteras y que “se ha convertido en uno de los retos del nuevo milenio”. En rueda de prensa, la secretaria de Comunicación del PP local, María de los Ángeles Gras, subrayó cómo desde Melilla se está atendiendo y prestando ayuda a “las víctimas de las guerras fraticidas nacidas del fanatismo y la sinrazón”, convirtiendo a la ciudad en “un ejemplo del respeto de la legalidad vigente y acceso seguro para los refugiados”, tal y como hace unos días aseguró la responsable en España del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Francesca Friz-Prguda. Hacer lo contrario, según Gras, es “un ejemplo de irresponsabilidad y solidaridad mal entendida, que plantea una inadmisible confrontación” entre los controles de seguridad necesarios y el respeto de los Derechos Humanos.
La dirigente popular recordó que el PP acepta la inmigración porque es fuente de riqueza económica y cultural, pero siempre que sea ordenada y debidamente regulada. En este sentido, destacó que en Melilla “se han puesto cortapisas a la inmigración ilegal y desbordada” que sufría anteriormente con los saltos masivos a la valla fronteriza o “las entradas brutales” que se produjeron con los vehículos kamikaze en los puestos fronterizos.
La petición de CPM
En cuanto a la decisión de Coalición por Melilla (CPM) de remitir una carta a la Defensora del Pueblo para que se interese por los refugiados que están en las zonas limítrofes marroquíes, Gras dijo que las autoridades españolas deben garantizar que cuando los ciudadanos sirios estén en suelo español, sean “debidamente atendidas por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, como se está haciendo, y sean conducidas a la oficina de asilo” para que ejerzan su derecho a solicitar protección internacional.
En este sentido, la responsable del PP dijo que aunque las relaciones entre España y Marruecos sean “excepcionales”, no se puede pretender decir a las autoridades de otros países cómo deben actuar.
