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Policía Local y DGT inician un nuevo curso de Educación Vial para casi 12.000 escolares

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La Policía Local y la Jefatura Provincial de Tráfico empiezan la próxima semana un nuevo curso de Educación Vial para todos los alumnos de Infantil y Primaria y 3º de Secundaria de Melilla. Casi 12.000 escolares pasarán de aquí a junio por las manos de Miguel y Encarni, los dos agentes de la Unidad de Educación Vial de la Policía Local de Melilla que, junto con la coordinadora de de Educación Vial de la Dirección General de Tráfico (DGT), visitan cada año todos los colegios e institutos de nuestra ciudad. El objetivo es el mismo de cada año: intentar concienciar a nuestros pequeños desde edades muy tempranas sobre la importancia de respetar las normas básicas de circulación, el comportamiento cívico en las calles y la movilidad urbana sostenible. La Unidad de Educación Vial de la Policía Local de Melilla lleva 10 años en esta tarea gracias al trabajo de Miguel y Encarni, los agentes más conocidos entre los escolares de nuestra ciudad. Su visita a cada colegio es ya toda una tradición para los alumnos, que suelen acoger con bastante entusiasmo estas clases diferentes ajenas a los cálculos o la sintaxis, en las que lo importante es aprender cómo deben actuar de forma correcta cuando salen a la calle para moverse de un lado a otro.
Los primeros en recibir estas enseñanzas serán los alumnos del CEIP Juan Caro, donde el martes 27 arranca este nuevo curso de Educación Vial. Después vendrán todos los demás, hasta completar un total de 16 colegios públicos y uno privado (Liceo Sefardí), que recorren cada año clase por clase los agentes encargados de impartir Educación Vial a la población escolar de Melilla.
Miguel, el agente más veterano de la unidad, explica a MELILLA HOY que el curso pasado, fueron un total de 3.840 alumnos de Infantil, 7.830 de Primaria y 80 de Educación Especial los que recibieron clases de Educación Vial adaptadas a sus tramos de edad.
En la etapa de Educación Infantil, la Policía Local utiliza una serie de vídeos apropiados para cada uno de los cursos de esta etapa, combinándolos con explicaciones sobre aspectos básicos de la Educación Vial, como por ejemplo, las partes de la calle, cómo funciona un semáforo y cómo tienen que estar en un coche o el transporte urbano. También inciden los agentes en la importancia de ir de la mano de sus padres, y cuáles son los espacios en los que pueden jugar de forma segura.

Educación Primaria
En Primaria, la mecánica es diferente y se combina la teoría con la práctica. Así, los alumnos elabora unos cuadernillos con distintas fichas apropiadas para cada uno de los cursos, combinadas con la proyección de vídeo y la utilización de juego en aula de informática a las clases de tercero. Para los alumnos de cuarto, las clases de Educación Vial consisten en hacer una salida los alrededores del colegio para ir reconociendo las señales que se van a encontrar de camino al centro educativo y por dónde deben cruzar.
Los alumnos de quinto son los más suertudos, ya que la clase incluye una visita al Parque de Educación Vial para conocer el significado de las señales de tráfico más comunes que pueden encontrar en la vía pública, y que también se encuentran en el circuito de este parque, donde se simulan las calles de un barrio.
En este recinto, los agentes de la Unidad de Educación Vial de la Policía Local enseñan a los niños y jóvenes las normas de conducción que les afectan como peatones, aunque éstos también pueden ponerse en el papel de los conductores utilizando bicicletas, coches a pedales y karts de batería. De este modo, se pretende que los niños puedan estar preparados como futuros conductores de bicicletas por las vías públicas, objetivo sobre el que se incide más en 6º de Primaria, donde las clases de Educación Vial se centran en estos vehículos de dos ruedas.

Concienciación
Primaria es la etapa estrella de la Educación Vial, ya que la edad de los alumnos permite profundizar más en la concienciación sobre una conducta cívica en la calle pero no sólo en aspectos relacionados con el tráfico, sino también otros como, por ejemplo, no tirar residuos al suelo. “La Educación Vial es fundamental para sentar bases cívicas. A los niños no les hablamos nunca de multas ni de lo que suponen las sanciones, sino que basamos la enseñanza que les damos en prevenir para que no les pase nada y estén más seguros cuando salgan a la calle”, apunta Miguel.
Este agente de Policía Local está convencido de que eso es “lo básico para que los niños se conciencien por sí solos sin necesidad de decirles que si no haces esto, te pondrán una multa”. Además, lo considera como “el primer paso” para conseguir una ciudad mejor entre todos y una buena forma de ir logrando erradicar las infracciones y accidentes que cada día se ven en nuestras calles. Porque aunque los niños no se pongan ahora al volante, sí tienen la capacidad para sacar los colores a sus padres cuando éstos van más rápido de lo normal, se saltan un semáforo o no se ponen el cinturón de seguridad.
De hecho, uno de los objetivos que se buscan con las clases de Educación Vial a los escolares es que se conviertan en un ‘Pepito Grillo’ para sus padres cuando caminen juntos por la calle o se monten en el coche y observen que están cometiendo una infracción. “Muchos padres nos dicen que sus hijos les han llamado la atención por cruzar donde no debían, conducir más rápido de lo normal o porque no se han puesto el cinturón. Ahí lo importante es que los padres recojan el guante y se conviertan en un ejemplo de lo que en Educación Vial explicamos a sus hijos, porque si nosotros les concienciamos en clase de la importancia de ponerse el cinturón y luego sus padres le quitan importancia, está claro que el niño hará caso al padre y no a nosotros”, apunta Miguel.
En esta última década, en la que las clases de Educación Vial han ido formando esa concienciación desde edades tempranas, el agente encargado de la unidad cree que se ha avanzado aunque es difícil ver los resultado en una ciudad donde cada día hay varios accidentes y los conductores son “otro mundo” por su actitud respecto a lo que se puede ver en otros lugares. Pero Miguel no pierde la esperanza de que si cada uno pusiera su granito de arena, al final las cosas terminarán mejorando.

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Redacción

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