Se ha indignado en gran manera. Llama la atención que el gran demócrata no se escandalice por otras cosas, como, por ejemplo, las agresiones a una niña y su familia en una Diada y las agresiones a niños en las escuelas por el gran delito antidemocrático de llevar puesta la camiseta de la Selección; sí esa camiseta que se han puesto y se ponen los X. Hernández, Busquets, Albas y demás Piqués. Tampoco se escandaliza por las discriminaciones a los charnegos y los obstáculos que se ponen a muchas familias para que sus hijos, además del catalán, aprendan en las escuelas adecuadamente el castellano. Pero, además, debería, antes de precipitarse y escandalizarse, ir al Diccionario de la Real Academia Española y leer el significado de las palabras. No se sabe dónde está lo antidemocrático de decir que algunos actúan alocadamente, lo cual es una opinión basada en la misma libertad de expresión que esgrimen los que pitan al himno nacional. Y también en base a esa libertad de expresión me permito, con todos los respetos, sugerir al muy honorable que modifique algo su peinado, pues se parece a una peluca que desmerece su gran belleza natural.
