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Piden que el centro de salud de Cabrerizas sea considerado de “difícil desempeño”

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Los profesionales sanitarios de los centros de salud del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa) se concentraron ayer para protestar por las cuatro agresiones, dos físicas y dos verbales, que sufrieron tres médicos y un enfermero en el centro de Atención Primaria de Cabrerizas el pasado miércoles. En los centros de Cabrerizas, Alfonso XIII y zona centro se repitió la misma estampa por la mañana, protagonizada por médicos, enfermeros, celadores y otros profesionales de la Sanidad pública guardando silencio en la puerta de su lugar de trabajo para protestar por las agresiones contra un colectivo que está para “cuidar” a la sociedad melillense. Sindicatos y autoridades sanitarias también respaldaron esta iniciativa en el ambulatorio de la Zona Norte, para el que pidieron que sea considerado un centro de de difícil desempeño, debido a unas “peculiaridades” que no son atendidas por la Administración y que dan lugar a “chillidos, amenazas y agresiones” cada día. Esta situación, denunció el coordinador de este centro de salud, José Manuel Alférez, es la “tónica habitual” en el centro de salud de Cabrerizas, donde se atiende a los habitantes de los barrios periféricos. Este médico dijo hablar con conocimiento de causa, después de llevar más de dos décadas pasando consulta en un centro de Atención Primaria que, dejó claro, “no es igual que el de Alfonso XIII o Polavieja” por la casuística especial de sus pacientes.
Alférez dejó claro que el problema de las amenazas y agresiones no es de ahora, sino que se produce desde hace años, hasta el punto de que los trabajadores de este centro de salud no denuncian porque está “acostumbrados” a esta situación. “Si denunciamos, estaríamos igual todos los días”, lamentó este médico, que dijo que el problema es común en todas las categorías profesionales que trabajan en el centro de Cabrerizas. No obstante, sí señaló que existe temor en la plantilla y que incluso se han dado bajas por depresión.
El coordinador recordó que lleva años luchando por que el centro de salud de Cabrerizas tenga una consideración como centro de difícil desempeño, al igual que ocurre con los centros educativos de los barrios periféricos que son atendidos en este centro sanitario. “Y nosotros somos los médicos del Juan Caro, del León Solá, del Mediterráneo, del Tiro Nacional…”, dijo para apuntar la paradoja que se está dando por la diferencia de tratamiento que se da a la situación de estos barrios por parte de la Sanidad y la Educación. Con esta petición, dejó claro el coordinador del centro de salud, los trabajadores no piden cobrar más, sino que se valore su labor.

Problema organizativo
Alférez dijo que son tres los problemas que afectan al centro de salud de Cabrerizas: uno de tipo organizativo, que haría necesario redistribuir las citas, otro educacional y un tercero de falta de plantilla que hace a los trabajadores desechar la posibilidad de denunciar para evitar faltar a su puesto de trabajo, lo que redunda en una mayor carga de trabajo para el resto de compañeros.
Respecto a la organización, el coordinador del centro de salud de Cabrerizas dijo que el problema se da especialmente a primera hora de la mañana, debido a que la población que es atendida en sus consultas no opta por la cita electrónica (teléfono o Internet) ni la cita previa en los mostradores, sino que prefiere el “estilo ambulatorio”, acudiendo temprano al centro de salud para guardar cola y ser atendido por su médico en el mismo día. Ello, a pesar de que “nadie se queda sin ser atendido” porque si no hay cita disponible, se le deriva al servicio de Urgencias.
Alférez lamentó que el hecho de que la mayoría de los pacientes acuda temprano a sacar número para que el médico le vea genera unas largas colas de espera en el exterior del centro de salud que generan una tensión que posteriormente se traslada al interior. Es entonces cuando los pacientes “la pagan” con los trabajadores si, como suele pasar, 20 minutos después de la apertura se han agotado todos los números disponibles y es imposible que su médico le pueda atender.
Por ello, el coordinador pidió que se disminuyan las citas previas y se incrementen las citas de demanda, que es la que realmente piden los pacientes del centro de Cabrerizas. Una solicitud avalada por una reciente estadística: el 20% de los pacientes de aquel centro que piden cita previa (con hasta 5 días de antelación) no acuden al final, dejando sin hueco a otros pacientes que necesitan ver a su médico. Y lo mismo pasa con el 32% de los que piden cita programada en el mostrador.
Otro problema organizativo, según Alférez, es que a los pacientes de Cabrerizas no se les puede aplicar los 5 minutos por paciente que Ingesa establece en Atención Primaria. “Aquí necesitas más tiempo para explicar al paciente lo que le pasa”, señaló para hacer ver el problema común al que se enfrentan los 13 médicos de este centro de salud.

Problema educacional y de falta de plantilla
A estos inconvenientes se les suma el problema “educacional”, al que José Manuel Alférez señaló desde un primer momento, en el sentido de que los pacientes deberían acudir al centro de salud “con cierto respeto y consideración” hacia quienes trabajan allí, lo que podría evitar la situación que atraviesa desde hace años. Se trata, en definitiva, de recibir el mismo respeto que ofrecen a los pacientes los profesionales sanitarios.
Y por último, se refirió a la falta de profesionales sanitarios en la plantilla, donde los médicos procuran no faltar para evitar que su ausencia repercuta en una mayor carga de trabajo para sus compañeros. Es por eso por lo que no denuncian ni se dan de baja. Y la misma razón por la que dijo prever que habrá más problemas en Navidad, cuando habrá trabajadores sanitarios de vacaciones.
“Que hubiera más médicos quizá podría funcionar para agilizar, sobre todo que se sustituya a los compañeros que lo necesitan”, señaló Alférez, que descartó como posibles soluciones que haya un vigilante por consulta debido a la necesidad de guardar una privacidad entre el médico y el paciente.

Refuerzo de la seguridad
Alférez trasladó todas estas demandas en una reunión que tuvo lugar a última hora de la mañana con los responsables del Ingesa, que también acudieron a la concentración. Entre ellos su director territorial, Francisco Robles, que se mostró de acuerdo con algunas de las cuestiones abordadas por el coordinador del centro de salud de Cabrerizas. Entre ellas, el hecho de que el mayor porcentaje de las agresiones al personal sanitario que se producen en Melilla se concentran en el centro de Cabrerizas.
Robles coincidió con Alférez en que esto se debe a “un problema de educación, de valores y de respeto a la autoridad” que también sufren otros colectivos como agentes de seguridad y docentes en los barrios periféricos, pero dejó claro que la situación la provocan “cuatro elementos” y que no se debe a la “globalidad de la población”.
También dijo el máximo responsable del Ingesa que ante este problema, la institución sanitaria “no tiene más que estar al lado de los profesionales y hacer gestos definitivos”, como los que ya ha hecho en los últimos años con la consideración de estas agresiones como atentado, que da lugar a sentencias con penas de hasta 1,5 años de prisión y 1.500 euros. “Pegar al personal sanitario no sale barato”, apuntó.
Robles admitió ese “defecto de convivencia en gestos, palabras, insultos y a veces, agresiones físicas” en el centro de salud de Cabrerizas, donde se van a adoptar medidas urgentes como un refuerzo de la vigilancia a primera hora de la mañana “para aquietar esa tensión que se genera” y la redistribución de la agenda de trabajo del personal sanitario si fuera necesario y la cita electrónica dar lugar a problemas, al contrario de lo que ha ocurrido en el resto de centros sanitarios.
No obstante, subrayó que el centro de Cabrerizas no tiene mayor carga asistencial que el resto de centros de Atención Primaria de la ciudad e insistió en que su plantilla está dentro de la ratio, aunque afirmó que esta cuestión también se va a revisar para cubrir las ausencias de personal.
Robles, que pidió a los profesionales sanitarios que denuncien las agresiones y no contribuyan a que éstas se “normalicen”, recordó también que el centro sanitario de Cabrerizas será el siguiente en ser sometido a una remodelación, ampliación y mejora de instalaciones.

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Redacción

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