Dos jóvenes se enfrentan a la posible pena de dos años de cárcel por un presunto robo con fuerza en grado de tentativa. Al parecer del Ministerio Fiscal, el delito no llegó a consumarse por la llamada de un vecino al 091 y la rápida intervención de la Policía Nacional. No obstante, considera que la intención de los procesados era forzar la puerta de la terraza para acceder desde ahí a la vivienda de uno de los vecinos. Los acusados negaron los hechos y, aunque la Policía localizó una bolsa de herramientas en el edificio, aseguraron que no les pertenecía. Alertado por los ruidos, un vecino de la Avenida Juan Carlos I dio el aviso a la Policía de que alguien estaba intentando forzar la puerta de la azotea de su edificio. Fue en la madrugada del 14 de enero de 2016. Según explicó el hombre ante la titular del Juzgado de lo Penal 2 de Melilla, desde la terraza se podía acceder fácilmente a su vivienda. Asustado, llamó al 091.
Cuando los agentes llegaron al lugar de los hechos sorprendieron a dos jóvenes en el rellano de las escaleras. Uno de ellos era conocido por los policías por sus numerosos antecedentes delictivos.
El Ministerio Fiscal reclamó para los dos procesados penas de dos años de prisión por ser los presuntos autores de un robo con fuerza en grado de tentativa.
Indicios de robo con fuerza
El delito no se llegó a consumar, pero la fiscal consideró que había claros indicios de que la intención era forzar la puerta de la terraza para acceder a la vivienda del vecino. Hechos que no se cometieron, a su parecer, por la rápida intervención de la Policía.
Los acusados, sin embargo, defendieron que accedieron al portal porque un vecino les abrió la puerta después de llamar a varios timbres. Según apuntaron, perseguían a una persona que debía dinero a uno de los procesados y corrió a esconderse en el interior de ese edificio. Al contrario de la versión de la Policía, afirmaron que no llevaban consigo ninguna bolsa con herramientas. Asimismo, señalaron que ni siquiera llegaron al ático, donde se encuentra la puerta que presuntamente trataron de forzar, y recordaron que los agentes los encontraron en la primera planta.
Ruidos de bolsa
Según la versión de los agentes, primero localizaron a los procesados y, en vista de que uno de ellos era conocido por sus antecedentes, hicieron una batida al edificio.
En la última planta localizaron una bolsa con herramientas que podrían estar destinadas a un botín, como un taladro manual, tornillos y guantes. Además, aseguraron que «cuando subíamos las escaleras», antes de encontrar a los acusados, «escuchamos ruidos de bolsa».
El letrado que defendía a los procesados pidió una sentencia absolutoria para sus representados argumentando que se les había acusado de forma genérica y que no existían pruebas contundentes. La magistrada decidirá.
