Jarabe de Palo regresa a Melilla. Lo hace después de que hayan pasado 18 años desde su última visita. Estuvo a punto de volver hace dos años, pero el cáncer le obligó a suspender su cita con la ciudad. Esta noche saldará su deuda pendiente, dice entre risas Pau Donés. La mítica banda presentará a las 22.30 horas su último trabajo, ’50 Palos’, un recopilatorio en el que se versionan las canciones más importantes de su trayectoria. El concierto tendrá como escenario la Plaza de Armas y forma parte del programa ‘Música a la Luna’. En palabras de Donés, está «a tope» de energía para disfrutar de su público melillense. -¿Hace cuánto que no venía Jarabe de Palo a Melilla?
-Estuvimos ‘Depende’, han pasado 18 años y volvemos con ’50 Palos’. Ha pasado un montón de tiempo. Mogollón. Tendríamos que haber vuelto hace dos años, pero me pasó todo lo del cáncer y tuvimos que suspender la gira. En realidad vino bien porque lo que traemis ahora es un espectáculo mucho más completo.
-Entonces saldará ‘su deuda’ con la ciudad
-Claro. Ahí tienes el titular, ¿eh? (ríe). Digamos que nos lo debemos por todo el tiempo que ha pasado. Lo que espero es que de esta a la próxima no pase tanto tiempo. Vamos a pasar una buena noche. Será un concierto de instrumento y voz, con las canciones de siempre y mucha emoción. Tenemos muchas ganas de presentar ’50 Palos’ en Melilla. Venimos con muchas ganas.
-¿Cómo se encuentra en este momento?
-Bien, de puta madre. Llevamos 46 de más o menos unos 100 bolos que vamos a hacer y, de momento, estoy a tope.
-Después de suspender una gira por motivos de salud, ¿regresa a los escenarios con especial ilusión?
-En realidad, no. Me enfrento con la misma ilusión que lo hacía antes del cáncer. Nosotros íbamos a hacer algo especial por los 50 años de Pau Donés y los 20 de Jarabe de Palo. Es un proyecto muy tocho que ya estaba pensado de antes. El cáncer ha sido un contratiempo, pero nos ha dado tiempo para poder prepararlo todo bien.
-¿Todo le sigue pareciendo bonito?
-Claro. Joder, y tanto. O quizás más, ¿no? Ahora más que nunca. El presente es muy importante. Hay que vivirlo con urgencia. Suscribo todo lo que digo en la canción, pero a tope.
-¿Se ha adjudicado eso de ‘vivir con urgencia’?
-Más que adjudicado, lo que estoy es dándole publicidad. Es importante que tengamos esa idea de la vida. No se trata de vivir a tope, aunque el que quiera, que lo haga. Simplemente, de ser conscientes de que la vida está ahí y de que mañana puede no estar. Intentemos disfrutarla al máximo e intentar ser lo más felices posibles. Vivamos con intensidad y, sobre todo, seamos conscientes de nuestra vida. Estar atentos al presente, ¿quién sabe lo que pasará mañana? Y el pasado ya fue. Quedémonos con lo bueno. Pero, sobre todo, usemos eso bueno para vivir el presente.
-Pero ya no cree que la vida sea un sueño, ¿o sí?
Eso lo digo en ‘Humo’, pero es una canción de amor a la vida. La escribí en un momento en el que pensaba que la vida se me escapaba. En ese momento era lo que pensaba y así lo dije, pero no tiene nada que ver con lo que puedo sentir ahora. Tampoco esto quiere decir que en cualquier momento no pueda volver a sentir lo mismo.
-¿Es difícil ser optimista?
-Yo no soy optimista, lo que soy es un tío positivo. Básicamente soy más realista que otra cosa. Una vez valoradas las situaciones me gusta encontrar el lado positivo de las cosas.
-Suena sencillo, pero es algo que cuesta a muchas personas.
-Sí, correcto. La clave es vivir urgentemente. Ese es el secreto. Darle un valor importante a la vida. La vida es un regalo y así es como me la tomo. A mí es que me gustan mucho los regalos. Pero este es un punto de vista que ya me viene de lejos. Si estamos aquí, pues venga, disfrutemos.
-¿Qué cosas le hace temblar?
-Muy pocas. Si tiemblo, en todo caso, es de emoción. De miedo ya tiemblo muy poco.
-¿Y como padre?
-Nada, al revés. Mi hija es una alegría tremenda, eso sí que es un regalo. Nada me asusta menos que ella.
-¿Cómo es tener al rey al otro lado del teléfono y recibir cartas de ministros?
-Bueno, para mí no es un hecho destacable, digamos. Hay una persona que me llama, el rey, o una persona que me escribe una carta, como el ministro (Íñigo Méndez de Vigo). Fueron muy cariñosos los dos y se preocuparon sobre mi estado. Eso es para mí lo que cuenta. Es cierto, resulta que eran rey y el ministro de Educación, pero se pusieron en contacto conmigo del mismo modo que me llama cualquier amigo o que me para alguien por la calle y me expresa su cariño.
-No me dirá que es algo que ocurre todos los días.
-No, es verdad. Pero tampoco le doy más importancia. El detalle es lo que me dice mucho de ellos. Hay gente que los juzga por su posición social o su cargo. Esto lo que demuestra es que detrás de un rol hay personas. Hay personas buenas y personas chungas. Pues ahí hay un par de detalles que muestran que detrás del rey y del ministro también hay personas y que, además, se preocupan por los demás.
-¿Las personas deberían ser «libres, libres como el aire», y tener libertad de movimiento?
-Claro, por supuesto que sí. El mundo es de todos. Nosotros viajamos mucho gracias a la música. Situaciones como las de Melilla las hemos visto en muchas otras partes. Me viene a la cabeza el caso de México y EEUU. También me viene a la cabeza lo que pasó aquí después de la guerra. Hubo mucha gente que se tuvo que ir y en Europa fue bien recibida. ¿Por qué no podemos hacer lo mismo que se hizo por nosotros en su momento? Hay que ver cómo hacerlo. Está claro que hay un choque de culturas. Hay que ser respetuosos el uno con el otro. Con los que vienen y con los que ya están. Pero ponerle barreras al mundo… ¡hostias, es una mala idea! Es una mala idea, pero en general. Lo único que lleva es a disputas, a enfrentamientos… y no está el mundo como para eso. Poner barreras al mundo nunca fue una buena idea.
-¿Vallas sí o vallas no?
-En el caso de las vallas de Ceuta y Melilla, no lo sé. No conozco bien la situación y me gustaría responder sabiendo bien lo que digo. Sí puedo hablar del caso de EEUU y México porque lo conozco perfectamente. Para empezar, existe un muro natural que es el Río Verde. Muchas personas mueren ahogadas o muertas de sed. ¡Coño! Una gran parte de lo que ahora es EEUU antes era México. Por lo cual, ¿qué es lo que está pasando? No se entiende.
-Como catalán, ¿está cansado ya del tema del independentismo?
-Lo que estoy es un poco asombrado de la falta de libertad de expresión que, en el siglo XXI, seguimos padeciendo en este país. Los catalanes no podemos ni pronunciarnos sobre si queremos ser o no independientes. ¿Por qué no se puede dar una opinión sobre algo? Es algo que está pidiendo gente con bastante sentido común, con ideas. Yo, personalmente, no soy independentista. Pero hay que respetar la opinión de las personas. Todo el mundo tiene derecho a manifestarse y, además, es mucho mejor que sepamos lo que siente la gente.
-¿Sólo se busca el enfrentamiento?
-Exacto. El tema del independentismo es un arma política que a los políticos, tanto de un lado como de otro, les va de cojones. Pero creo que esta disputa, que está como súper obsoleta, no sirve para nada. ¿Por qué coño sigue estando ahí? Es una manera de confundir y de manejar el poder.
-¿Tiene fe en la política?
-En la política, sí. En los políticos, no. En este país no creo que haya nadie que tenga fe en los políticos. Hemos llegado a un nivel de corrupción, se ha robado tanto y con una impunidad tan bestia que cómo nos vamos a fiar de los políticos. Hay presidentes de comunidades autónomas que están imputados o lo han estado, y siguen o seguían ahí, en sus cargos. No se merecen la confianza, ni la mía ni la de nadie.
-Jarabe de Palo cumple 20 años y Pau Donés 50 de existencia, ¿con qué se queda?
-Me quedo con la música. Con la oportunidad que me ha dado de conocer mundo, de conocer gente, de evolucionar como músico y como persona. Me quedo también con lo que hemos aportado nosotros al mundo en general. Seguramente hay canciones de Jarabe de Palo que forman parte de la banda sonora de muchas personas, dentro y fuera de España. Joder, sólo por eso ha valido la pena la aventura!
