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Pasar bajo las horcas caudinas. Libertad o desaparición.

Rendición Sánchez ante Puigdemont
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Carta del Editor. MH, 5/11/2023

Enrique Bohórquez López-Dóriga

 

Pasar bajo las horcas caudinas

Viernes, 3 de noviembre, las 6 de la mañana. Hace mucho aire, duermo -dormía- con la ventana abierta. Una vez más me despierta el resonar de los altavoces de las mezquitas cercanas (otra de las muchas anomalías melillenses a las que no se encuentra, porque no se busca, solución). Me pongo a escribir. Tengo enfrente, en la mesa de mi despacho casero, un marcapáginas, con el título del libro que escribí sobre los primeros 14 años de la historia de Melilla, vista desde el nacimiento, en abril de 1985, de nuestro periódico. “Historia vívida de un Editor. MELILLA, ESPAÑA, EN PELIGRO”, era, es, el título de mi libro.

Por cierto, ese mismo día de hace 25 años, 1998, Juan José Imbroda era consejero de Economía y Hacienda y anunció que el presupuesto alcanzaría cifras record. El presidente de la CAM era entonces Enrique Palacios, un político de infausto recuerdo ¡Lo que va de ayer a hoy!.

Han pasado más de 23 años desde el final del período histórico melillense que analicé en ese mi libro. ¿Cuál es la, triste, conclusión? Que Melilla, y España entera, siguen estando en peligro, aún en mayor peligro que en abril de 1999

Han pasado más de 23 años desde el final del período histórico melillense que analicé en ese mi libro. ¿Cual es la, triste, conclusión? Que Melilla, y España entera, siguen estando en peligro, aún en mayor peligro que en abril de 1999. Quisiera que la conclusión fuera otra, pero, desgraciadamente, no lo es.

España, Melilla incluida, está pasando bajo las horcas caudinas. Lo mismo que le ocurrió, en el año 321 a. C., a 30.000 soldados romanos, mandados por los cónsules Espurio Albino y Tito Calvino, que se rindieron, con todo y sin luchar, a los samnitas, caudinos, y tuvieron que pasar, desnudos, bajo un yugo, mientras el enemigo se burlaba de ellos. Tito Livio -el mejor y más prolífico historiador de Roma- relató e inmortalizó la vergüenza de aquellos hombres.

Hoy, pasar bajo las horcas caudinas significa verse forzado a someterse y hacer por la fuerza lo que uno no quería hacer, sufriendo, además, una considerable humillación. La frase, basada en ese hecho ocurrido a los romanos hace 24 siglos, tiene hoy plena aplicación a la política española…y a la melillense.

Una de las frases famosas de Karl Marx es que la historia ocurre dos veces: la primera vez como una gran tragedia y la segunda como una miserable farsa. Ahora, en España, la historia se repite como farsa, con la chusca rendición de Sánchez ante el independentismo catalán y la inmersión de España en el comunismo más primitivo. Ahora, Melilla sigue esperando un cambio profundo, que necesita desesperadamente, pero que no llega.

Ahora, en España, la historia se repite como farsa, con la chusca rendición de Sánchez ante el independentismo catalán y la inmersión de España en el comunismo más primitivo

Como dijo Locke, donde no hay ley no hay libertad. Ahora, con Pedro Sánchez, la Joly, Puigdemont, etc, en España la ley está desapareciendo, el poder ejecutivo se ha impuesto al judicial. La libertad está a punto de desaparecer, es la consecuencia inevitable.

“Sánchez lo entrega todo”, era la portada del ABC del viernes. Ese “todo” es la condonación de la deuda de Cataluña (15.000 millones de euros para la ahora Catalunya, según la denominación del Gobierno Sánchez), un relación bilateral entre gobiernos iguales, la (anticonstitucional) amnistía y la consulta -solo en Cataluña- sobre su independencia y separación de España.

¿Está cerrado el acuerdo Sánchez-independentistas? ¿Cuanto duraría ese gobierno? ¿Morirá España en este terrible tránsito? Preguntas sin respuestas hoy. Sensación predominante de drama inminente.

Libertad o desaparición

Thomas Hobbes fue un filósofo inglés, del siglo XVII, de gran influencia histórica. Su libro más conocido, Leviatán, lleva el nombre del gran monstruo marino descrito en el libro bíblico de Job. “Qué es libertad. LIBERTAD significa, propiamente hablando, la ausencia de oposición (por oposición significo impedimentos externos al movimiento); puede aplicarse tanto a las criaturas irracionales e inanimadas como a las racionales. […] De acuerdo con esta genuina y común significación de la palabra, es un HOMBRE LIBRE quien en aquellas cosas de que es capaz por su fuerza y por su ingenio, no está obstaculizado para hacer lo que desea” (Leviatán, Capítulo XXI: De la «libertad» de los súbditos).

La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir (Don Quijote de La Mancha, Segunda Parte).

Si no dejamos pronto de ser una ciudad comunista (todo es público), Melilla terminará siendo, como algunos vaticinan, una simple base militar, de España o de lo que quede de ella, en el Norte de África

Nuestro gran colaborador “Gonzalo Fernández” nos recuerda hoy, en su artículo, lo que yo escribo con cierta frecuencia: que Melilla es una ciudad laboratorio. Lo es, y eso nos ofrece enormes posibilidades de desarrollo, pero, apoyándonos en la libertad, deberíamos ir convirtiendo posibilidades en realidades. Si no lo hacemos, si no dejamos pronto de ser una ciudad comunista (todo es público), Melilla terminará siendo, como algunos vaticinan, una simple base militar, de España o de lo que quede de ella, en el Norte de África.

 

 

 

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