El partido comenzó muy igualado, pues Pablo no pudo romper el servicio de Jesús, que estuvo acertado en la red. Con el 5-5, y el servicio de Jesús, este se jugó una volea muy corta, forzando una brusca carrera de su rival, provocándole un fuerte dolor en el abductor, deteniendo el partido durante unos minutos.
Durante ese juego, y el siguiente, pareció que el partido ya estaba decidido, y que Pablo se iba a retirar, dado que perdió ese juego como su servicio, tras el cambio, adjudicándose Jesús el set por 7-5, con un rival visiblemente tocado físicamente.
Sin embargo, en el primer juego del segundo set, Jesús perdió su servicio en el primer juego del segundo set, lo que pareció animar a Pablo a seguir en el partido y, con muchos aciertos en el resto y passing, comenzó a sumar juegos de forma continua, dando un giro inesperado, adjudicándose el partido y el torneo, tras más de dos horas de juego, por 5-7, 6-0 y 6-1.
Pablo Martínez se mostró muy emocionado por el triunfo
Al finalizar el partido, Pablo Martínez manifestó el especial significado que tenía para él este torneo, «por tratarse de un campeonato organizado con motivo del centenario de La Hípica”, lugar en el que pasó sus primeros años en Melilla, por lo que estuvo especialmente emocionado y contento de haber logrado adjudicarse las dos pruebas, más aún ante un rival de gran nivel, como Jesús Martínez, que cada día juega mejor y al que cada vez resulta más complicado enfrentarse en la pista de tenis.
En la prueba de consolación, Jesús Murillo venció, por 6-3 y 6-2, al jovencísimo Mario Escolano, jugador de la Escuela de la Hípica, que logró acceder a la final tras derrotar a Germán Segura, de forma sorprendente, en las semifinales por 7-5 y 6-3.
