Se estarán frotando las manos hasta hacerse callos los vendedores de tabaco de Gibraltar, los que se dedican al “comercio atípico” con España que ya “exportan” millones de cajetillas hacia nuestro país por el hecho, que ya descubrió y tuvo la gentileza de compartir con todos nosotros hace pocos días ACSEMEL, de que demasiados impuestos al otro lado de la frontera…
… provoca este tipo de comercio, por tanto la culpa no es de los comerciantes de Melilla (verdad incuestionable, es vez sin ironía) sino del vecino país, al igual que el contrabando de tabaco de Gibraltar a España es culpa de España; con la posibilidad de una subida de los impuestos especiales sobre el tabaco apuntada por Montoro, ese socialdemócrata que antes de nombrarlo Ministro de Hacienda El Presidente Rajoy (se le hubiese quedado la mano agarrotada antes de firmar el nombramiento) decía que no había política más regresiva que subir los impuestos, quizás por eso se la da tan bien, subió 56 de una tacada 24 horas después de ser nombrado y desde entonces no ha parado, a excepción de la pantomima del último presupuesto sólo para poder salir en la prensa diciéndolo; en esta ocasión es una subida con la finalidad expresa de incrementar la recaudación, sin intentar disfrazar, o mejor dicho mentir, en esta ocasión, la medida como en otras ocasiones que se utilizan los impuestos sobre el tabaco como impuesto pigouviano, aunque en puridad no sea una calificación correcta (pero dejemos para otra ocasión este debate) es decir se pone como excusa, para subir el impuesto, el desincentivar el consumo del susodicho producto, ¡mentira! los impuestos siempre se suben con un clarísimo afán recaudatorio, lo demás son cuentos chinos, o montorinos como más les guste.
pero no nos engañemos, ninguno de los objetivos que en teoría se persiguen se alcanzan de forma satisfactoria, no disminuye suficiente el consumo de tabaco porque su demanda es bastante inelástica a la subida de precios, las variaciones de precio influyen menos que proporcionalmente en la cantidad demandada. Claro que el político de turno nos venderá la moto de la disminución de consumo basándose en el importe de las venta declaradas por las tabaqueras para liquidar los impuestos, verdad a medias, suele disminuir, pero no tanto en realidad, se produce un traslado de la demanda hacia tabacos que entran en España por el “comercio atípico” desde Gibraltar, con lo cual se produce el segundo fallo en los fines de la subida de impuestos, la recaudación tampoco sube en la medida prevista, tal como puede comprobarse por las cifras publicadas en los boletines oficiales, o más bien declarada o anunciada a bombo y platillo, la disminución de consumo por los cauces legales compensa, en muchas ocasiones en más, la subida de impuestos, pudiendo darse el caso que la recaudación por ese concepto no se vea alterada, incluso puede bajar; quiera o no Montero la idea de Laffer (http://joseluislopezpelaez.blogspot.com/2013/06/la-curva-de-laffer.html), el de la famosa curva, es cierta: a partir de cierto nivel impositivo la recaudación comienza a bajar.
¡Pero cuidado! que la subida de la cotización de las tabaqueras gibraltareñas no es lo único que va a provocar Montoro con con sus ajustes fiscales, eufemismo de subir impuestos, aunque el nuevo sinónimo de subir impuestos es “tocar” (no vamos a tocar el IVA); está pensando incluso en crear uno nuevo el conocido como “euroviñeta”, cobrar a los camiones por circular por las carreteras, el cual junto a la subida prevista a los carburantes, a través de los impuestos especiales que los gravan, puede ser letal para la economía española.
Claro que su ataque a la productividad y la capacidad de crear riqueza no se termina ahí, se completa con una subida del Impuesto sobre Sociedades, lo que eufemísticamente se llama “armonizar” el impuesto, evidentemente nunca se armoniza por abajo, siempre por arriba. España ha tenido a lo largo de su historia la extraña habilidad de llegar tarde a casi todas las revoluciones, tanto industriales como económicas, y en esta ocasión es posible, seguro diríamos a tenor de las noticias, que también lo haga; cuando la tendencia de los paises de nuestro entorno económico, incluidas las grandes potencias económicas, es bajar la tasa impositiva efectiva, es decir el tipo efectivo de gravamen, para propiciar una mayor inversión y por tanto creación de empleo, España la sube ocasionando una pérdida de competitividad frente a esos países, con los efectos nefastos que ello conlleva, y eso es algo que no deberíamos permitirnos.
por si eramos pocos y parió la abuela, sentencia un dicho popular, traducido: si no tenemos bastante con Montoro llega Báñez y sus ideas para hacer sostenible un sistema de pensiones que con su actual estructura y principios es insostenible, digan lo que digan, por ser un sistema basado en una estructura piramidal (si fuese una actividad privada sería delito) (http://joseluislopezpelaez.blogspot.com/2013/05/esquema-ponzi.html), la mayor necesidad de fondos, para hacer frente a las pensiones, se consiguen por las mayores aportaciones de mayor cantidad de cotizantes, como en nuestro caso no aumentan los cotizantes al ritmo necesario se soluciona haciendo que los cotizantes actuales paguen más, ¡no todos! los que tengan mayores ingresos (mantra progre), y por supuesto los autónomos. Esto significa, lo llamemos como lo llamen, incrementar los impuestos, en este caso el impuesto sobre el trabajo que es la cotización a la Seguridad Social, el efecto inmediato es incrementar los costes empresariales o disminuir la renta disponible de los trabajadores o ambos conjuntamente, ¿cual de las dos consecuencias tendrá mayor impacto en la productividad y por tanto en la creación de empleo? ¿y si se dan a la vez el efecto perverso se multiplicará en lugar de sumarse?
¡Menos mal que tenemos un gobierno conservador apuntalado por un partido liberal (este trufado de socialistas, espero que arrepentidos, y propuestas más de izquierdas que las del PSOE)!
