Alfonso Guerra propone que en caso de que Cataluña hiciera una consulta ilegal sería de “obligado cumplimiento” aplicar el artículo 155 de la Constitución, que permite al Gobierno, tomar las medidas necesarias: “Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España,… … el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general”.
Dicho esto, yo creo que ya es hora de que Rajoy y su Gobierno cambien de estrategia, y que los demás partidos despierten de una vez, porque el “choque de trenes”, no sería como dice Podemos, con el tren que procede del Estado, sino que van a chocar, (“jocicar”, como diría mi abuela), con el muro democrático, que es la Constitución de 1978. Pienso que los ciudadanos de Cataluña que defienden la independencia tienen, como no, el derecho a hacerlo, pero no a dar unilateralmente un golpe a las normas establecidas ellos solitos; porque si no tienen la mayoría, se están burlando de la democracia, al pretender la imposición de su minoría hacia los demás que son la mayoría.
Yo, cuando escuché a uno de estos independentistas decir: “Somos una nación diferente, superior”, se me vino a la cabeza otra, que un señor, amigo de Franco, con bigotito y tupé, con muy mala leche dijo que los alemanes (él era austríaco), Adolfo Hitler, “eran una raza aria superior”, pidiéndoles el voto porque en diez años, iba a cambia a Alemania como a un calcetín al darle la vuelta; y fíjense cómo la cambió, al igual que hizo con Europa y Rusia, dejando más de 60 millones de muertos entre todos los bandos contendientes, en el resto del mundo mundial. Yo espero, aunque estemos en el siglo XXI, que la ambición patriotera y chauvinista de estos politicastros, y otros personajes demagogos, no nos lleven a desastres que luego nos podamos arrepentir.
Y a Pep Guardiola, que traducido al castellano quiere decir: “Pepe Hucha”, ¿qué quieren que les diga?: habrán comprobado que haciendo honor a su apellido, no dijo la pasta que ganó en Qatar, o Catar, país que dicen que financia a los terroristas, y que si algún homosexual tiene el atrevimiento de “salir del armario”, como buenos “demócratas”, lo meten 5 años en la cárcel. También, por curiosidad, que nos diga que ha hecho con las camisetas de la Roja, que vistió en más de 40 partidos. A lo mejor, por si cambiase la tortilla haría como Carlos Manuel I, Duque de Saboya, con su jubón, que era reversible, ya que el gachó había ordenado que se la confeccionaran de color blanco por un lado y rojo por el otro. Así según se encontraba en España o Francia, se iba cambiando la chaqueta, colocándola de un color u otro, según el país visitado, para tener contentos a los de un bando y otro.
También pudiera ser, que nuestro señor Hucha, tendrá bien guardaditas las camisetas granates en un baúl, que no el de los recuerdos. Y como anécdota reciente, no puedo dejar de referirme a la frase del “ínclito y ponderado orador” “D. Tancredo Rajoy”, que le dirigió a Pablo Iglesias en el Congreso: “Cuanto peor mejor para todos y cuanto peor para todos mejor, mejor para mí el suyo beneficio político”, ¡ahí!, con dos cojones; y todo ello con el tic de su ojo izquierdo. Creo que antes de bajar los escalones de la tribuna, por lo bien que lo dijo, y por su resequedad en la boca y en los labios, se bebió su buchito de agua. Recordando otra de sus famosas frases, haciendo la pelota a los catalanes: “Me gustan los catalanes porque hacen cosas”.
Yo recuerdo a uno de la barriada de Horta, en Barcelona, que hacía jaulitas de alambre para los grillos. Creo que si este hombre es el mejor que encontró Aznar en el PP para hacerlo Presidente, la verdad es que me gustaría saber como son los más listos de esa caterva. Y su portavoz, Rafalito Hernando: ¡ay!, ese portavoz impúdico y faltón. La verdad es que al verlo con esa sonrisa de alumno de la doctrina filosófica de Antístenes (cínismo), me dio la impresión que decía: “Sí, mi partido está investigado por prevaricar, y mi presidente va a ir al juzgado a declarar como testigo, y algunos compis están en la trena, ya que somos el partido de la corrupción: ¡y qué, eh!,… no pasa nada, porque volverán a votarnos, y ustedes seguirán en la oposición”.
Pues yo les digo a estos dirigentes peperos, que el populismo es una reacción de defensa cuando el pueblo se siente amenazado, engañado y puteado, como ahora es el caso. Estos políticos de primera línea, tanto de izquierda como de derecha, intuyen ahora que ha llegado el final de la España de la Transición, pero son tan imbéciles que no quieren creerlo. Ellos, como poderosos, que siempre han tenido el jurdó y la justicia de su parte, están estirando tanto la cuerda de 1978, que al final, quiéranlo los dioses del Olimpo, tendrán que ceder porque: ¡ya está bien, joder!.
