Los viajeros celebran que la línea 6 de la Cooperativa Ómnibus de Autobuses (COA) retomara ayer su actividad, después de que se viera suspendida el pasado 13 de junio. Aunque comprenden el motivo de esta interrupción, lamentan que, una vez más, “hemos pagado justos por pecadores”, además de solidarizarse con los conductores que fueron agredidos. Por su parte, uno de los chóferes de la línea que va hasta Mariguari asegura que los trabajadores vuelven a sus respectivos puestos sintiéndose tranquilos y sin miedo de nuevos incidentes, aunque sí admite que están más “alerta” cuando sube un desconocido al autobús.
“Ya era hora de que volviera la COA”, manifestaba ayer una señora en la parada en la plaza Torres Quevedo. El resto de las personas que esperaban al autobús en seguida le dieron la razón. “Pues sí”, “y tanto” o “ya tocaba” fueron algunas de las respuestas que recibió la mujer. La línea 6 de la Cooperativa Ómnibus de Autobuses (COA) retomó ayer su actividad desde que se viera suspendida el pasado 13 de junio. Aunque los usuarios que viajan hasta Mariguari afirmaban que comprendían “perfectamente” el motivo de esta interrupción, también hicieron hincapié en que no les ha resultado nada fácil estar “incomunicados” y que, una vez más, “hemos pagado justos por pecadores”.
“Durante más de un mes hemos tenido que estar moviéndonos en taxi cada vez que hemos querido salir del barrio”, siguió diciendo otra señora de avanzada edad, después de llegar a la parada cargada con bolsas del Mercado Central. Los demás pasajeros escudaron las palabras de esta usuaria. “En La Cañada vivimos personas humildes y no nos podemos permitir gastar seis euros en ir y seis en volver cada vez que queramos ir al centro”, añadía otro viajero. Además, los pasajeros coincidían al denunciar que buena parte de las personas que suelen subir a esta línea “son mayores”, por lo que se han visto muy limitadas para desplazarse ante la ausencia del autobús. “Los jóvenes todavía pueden ir andando, pero los ancianos ya lo tienen más complicado”.
“Y todo por culpa de unos niñatos”, maldecía otro hombre en la parada de la COA. Aunque los usuarios de la línea 6 mantienen la esperanza de que no se vuelvan a cometer las agresiones, lamentaron mucho los incidentes que sufrieron los conductores. “Los conocemos y son bellísimas personas”, compartían los viajeros. “No creo que les vaya a pasar nada más, pero espero que aumenten la seguridad. Qué mínimo, que los pobres puedan viajar tranquilos”.
“La agresión sorprendió a todos: a conductores y pasajeros”
Felipe Jesús fue uno de los conductores que ayer volvió a recoger pasajeros en las paradas de la línea 6. Según aseguró, los trabajadores de esta COA han regresado a sus respectivos puestos sin miedo a ser víctimas de nuevas agresiones, aunque admitía que “sí estamos alerta cuando vemos que se sube alguien que no suele viajar en esta COA”. En este sentido, explicaba que el incidente en el que un conductor fue herido con un machete “sorprendió a todos”, tanto a los chóferes como a los pasajeros. “Ese compañero llevaba 20 años en esta línea. Es el más conocido y una persona muy querida, por lo que nos chocó a todos mucho. Después de esa agresión, yo creo que es comprensible este parón”. Por lo pronto, los conductores siguen a la espera de que se instalen las mamparas en las cabinas y así poder retomar el horario habitual. “La pena es que se haya tenido que llegar hasta esto”, lamentaba el conductor.
