Sí. Muy buenas vibraciones tenísticas transmitió Rafa Nadal a la legión de aficionados, admiradores, expertos, periodistas…, que de todo hay y que se dieron cita ayer en una calurosa tarde de mayo en la Caja Mágica (bastantes personas pertenecen incluso, al mismo tiempo, a los cuatro colectivos que acabamos de señalar) para certificar con su íntima satisfacción, y no tan íntima, que Nadal vuelve a ser asombroso y el de los grandes triunfos. Para consolidar lo anterior sólo le queda cumplir con dos retos: ganar mañana la final del torneo al vencedor de la otra semifinal entre A. Murray y el nipón K. Nishikori, ya que derrotar a cualquiera de estos dos jugadores ratifica al ganador como figura mundial, y el otro reto se refiere al juego; tiene que lograr mayor continuidad, como antes, en los momentos y golpes sublimes que hoy ha realizado en su partido de la primera semifinal frente al checo T. Berdych, al que vencido por 7/6 y 6/1, sobre todo en este segundo set.
Si Rafa logra este segundo reto, y por lo visto hoy camino de ello lleva, entonces empieza a ser realista pensar, que a lo mejor Djokovic, por lo menos este año, puede no ganar todavía el Roland Garros…
Al principio del partido,es significativo señalar, que en los tres primeros juegos con el saque de Berdych, Nadal sólo había conseguido un punto, y éste por una doble falta de saque que hizo el checo en el quinto juego. Había caras de preocupación ciertamente. No obstante, con más o menos dificultades, el mallorquín aguantaba el tipo ganando los juegos con su saque. El checo es un magnífico jugador, con un gran saque que incluso le ganaba puntos al español con segundos saques jugándose en bastantes ocasiones la doble falta. Con el revés cruzado martirizaba el checo a su contrario ya que, sobre todo al sacar él, se metía dentro de la pista y dominaba el punto. Nadal sufriendo, el revés era defensivo y jugaba con segundos saques y no le entraban todas las jugadas en las que atacaba con su drive. A pesar de todo y de una manera algo imperceptible, el mallorquin iba a más, cada vez funcionaba mejor su primer saque, y si no conseguía puntos directos, que alguno empezó a conseguir, sí le permitía tomar una clara iniciativa en el juego y ganar puntos con más facilidad. Al mismo tiempo y de manera también imperceptible, quizás por el calor, quizás por la evidente mejoría de Nadal, el checo ya no se movía tan rápido en la pista y empezó a cometer más errores, sobre todo con su revés paralelo. No obstante, y con las tornas algo cambiadas, llegamos al tie-break y tras un par de roturas de puntos mutuas, Nadal se colocó en un santiamén en un 5-2 arriba y ahí empezó a jugar en plan torbellino, ya que arriesgaba con su drive invertido, el paralelo, saques primeros con puntos directos, corriendo a todas las bolas, incluso a las imposibles y tras ganar por supuesto el primer set, el segundo se lo llevó casi de calle 6/1, utilizando el repertorio de golpes y recursos del juego del Nadal de siempre, del ganador nato. He dicho casi, porque es verdad también que el checo, a pesar de su aparente desfondamiento, luchó y como tiene una excelente técnica y variedad de golpes, mantuvo dignamente su lucha y su juego, lo que hace que el tanteo pueda parecer exagerado para lo que se vio en la pista.
Nadal, con su juego en este segundo set y tie-break del primero, se asoma al balcón del trono. Esperar y ver.
