La consejera de Cultura, Patrimonio Cultural y del Mayor, Fadela Mohatar, ha justificado su “dolorosa” decisión de cerrar de manera indefinida el Teatro Kursaal-Fernando Arrabal para reparar las graves deficiencias que presenta como “un acto de responsabilidad” para afrontar una situación “sobrevenida por una gestión mal hecha” en la anterior legislatura.
En rueda de prensa, Mohatar ha dejado claro que el Gobierno es el primer interesado en reabrir al público el teatro cuando se pueda reparar “lo más urgente”, rebatiendo así las críticas de su antecesora en el cargo, la diputada socialista Elena Fernández Treviño, sobre el cierre del teatro y sus acusaciones respecto a que el Gobierno actual pretende acabar con cultura melillense.
Mohatar ha informado de que este jueves ha llegado a Melilla un equipo externo de técnicos para realizar una auditoría que permita determinar el alcance de las deficiencias detectadas de manera interna por empresas adjudicatarias del mantenimiento de la principal instalación cultural de la ciudad, inaugurada en el año 2011.
La consejera ha negado que los daños que actualmente sufre el teatro tengan un origen anterior a la pasada legislatura, como este miércoles aseguró Treviño, sobre la que Mohatar cree que debería ser “un poquito más prudente” en sus declaraciones.
Así, le ha dedicado “un reproche con mayúsculas al mantenimiento cero” de las infraestructuras y el patrimonio melillense, algo de lo que ha culpado a Treviño porque como cargo público “tendría que haber vigilado” que eso no pasara, y ha recordado que el PP ya vino advirtiendo de ello en la legislatura anterior desde la oposición, y ahora también desde el Gobierno al haberse encontrado esta situación.
Informe de 2020
Según Fadela Mohatar, uno de los informes que obra en poder de Cultura, relativo a las deficiencias del sistema de climatización y la necesidad de sustituirlo, data de 2020, por lo que la consejera insiste en que Treviño tuvo tiempo suficiente en la pasada legislatura para encargar un proyecto y resolver ese problema para reanudar la actividad cultural tras la pandemia.
Mohatar ha reprochado a Treviño que no actuara al respecto y optara por “parcheos” que han provocado que se hayan organizado actuaciones en el Teatro Kursaal sin aire acondicionado pese a su capacidad superior a las 800 butacas, convirtiéndose en una de las principales deficiencias que ahora obligan a este cierre indefinido.
Otra de ellas es el estado en el que se encuentra el escenario que, según otro informe, presenta daños en las tarimas y “corre un riesgo muy alto para las personas” cuando es necesario montar en actuaciones musicales la concha acústica, una estructura que pesa una tonelada.
La consejera de Cultura cree que si su antecesora hubiera afrontado con “valentía” la “responsabilidad de emprender el cambio de las tarimas del suelo para no poner en riesgo el montaje de la concha acústica”, probablemente no se habría llegado a la situación actual.
Sin alternativas
Se ha mostrado “optimista” respecto a que el Teatro Kursaal pueda estar de nuevo operativo en Navidades o a principios del próximo año y ha reconocido los problemas que están teniendo para encontrar alternativas, puesto que el Palacio de Exposiciones y Congresos (PEC) “también está hecho unos zorros” y el Cine Perelló no reúne tampoco las condiciones necesarias.
En cualquier caso, Mohatar ha asegurado que el Ejecutuvo tiene “la reserva suficiente para idear, innovar, crear y pensar para que la ciudadanía no tenga que sufrir este castigo de instalaciones por falta de mantenimiento que ha dejado el anterior Gobierno”.
Ideología
Asimismo, ha reprochado al PSOE que “intente acallar su gestión deficiente usando la ideología”, en alusión a las críticas que lanzó este miércoles respecto a la falta de paridad en el Gobierno entre hombres y mujeres y las competencias de consejeras que supuestamente habrían asumido otros miembros del Ejecutivo varones.
En este sentido, Mohatar ha recordado al PSOE las diferencias de criterio que había en el seno del anterior Gobierno por “los reinos de taifas” que lo conformaban, frente al Ejecutivo actual, que es “compacto”, en el que “las opiniones de todos tienen el mismo peso específico” y cuyos miembros colaboran y comparten responsabilidades.
