El melillense Mohamed Mohamed Hamed se asoma con la ilusión y la predisposición necesarias a conquistar el mundo, o al menos la parcela que el devenir, los hados y sus armas le permitan. A sus 23 años tiene claro que su lugar está en el mundo de la moda, el poder desfilar con las primeras firmas de los modistos y casas más prestigiosas de este complejo y competitivo mundo. La pasarela no le es extraña, de hecho ha desfilado tanto en la Península como en la Melilla donde nació y a la que regresó hace cinco años tras vivir en Cataluña. Su reto más inmediato, representar a Melilla el 17 de mayo en el certamen de Caballero de España, una competición que espera le ayude a coronarse como el guapo oficial y a entrar en el mundo de la moda. Todos los esfuerzos se centran ahora en los preparativos para la semifinal de Caballero de España 2015 que se celebra en Madrid. Si supera esa criba, Mohamed Mohamed pasará a la final a celebrar en junio en Sevilla. Durante estos días continúan los ensayos, las visitas al gimnasio, la práctica de la natación y el fútbol, y el control de la dieta. Pero no olvida la faceta intelectual, porque de hecho sigue con sus estudios de idiomas (inglés y alemán) y la preparación para conseguir el título de Bachillerato. Los estudios no le han impedido hasta ahora realizar varios trabajos en la península en el mundo de la moda. "Siempre que me sale algo lo aprovecho", dijo.
Mohamed se declara como un joven con los pies en el suelo, que sabe lo que quiere y que no está dispuesto a pisotear o hacer daño a nadie para alcanzar su sueño. Explica que si se presentó al certamen de Caballero fue animado por sus amigos, convencidos que lograría el galardón, como así fue. De hecho no sólo logró el título principal, tino también la corbata de caballero simpatía. Su deseo es conseguir el título nacional, aunque reconoce que no va a ser nada fácil.
Pero el mundo de la moda ya ha llamado a la puerta de Mohamed. De hecho cuando termine el certamen nacional se trasladará a la India para trabajar con una conocida agencia de modelaje, la misma con la que otros compañeros españoles de profesión han trabajado. Espera que esta experiencia pueda ayudarle en su carrera, porque señala que para ir abriendo camino es preciso ir conquistando distintos mercados, empezando por el asiático, con el que después llegar al siempre competitivo mercado europeo y norteamericano.
"El mundo del modelaje es complicado, que exige mucho sacrificio y trabajo duro, pero en el que también es preciso contar con la suerte como aliado", afirma. En este competitivo mundo, "tienes que poder marcar la diferencia, aportar algo novedoso que llame la atención". "Los pequeños detalles marcan la diferencia", señala. En su caso, manifiesta que es una persona camaleónica, que puede introducirse en el papel o el rol que se le exige en cada momento, tanto ante las cámaras de los fotógrafos como en los desfiles. Por eso mismo no le disgustaría poder hacer sus pinitos en la interpretación, simultanear el modelaje con la interpretación.
Afirma que tanto en esta profesión como en la vida en general, lo que vende es "el físico, porque es tu carta de presentación". Por ese motivo se cuida todo lo que puede, para mostrar siempre la mejor imagen posible. Considera que con 23 años, aún le queda mucho por descubrir y muchos años en esta profesión. Para ello, señala que es necesario estar presente, participar en certámenes como el de Caballero y desfilar allá donde sea posible, con los ojos abiertos a cualquier oportunidad que le permita un futuro contrato con una de las primeras firmas de la moda.
Se declara como una persona decidida, en especial en el trabajo, buscando siempre que la foto "salga perfecta, porque es lo que se me pide". Reconoce que aunque no le da pudor, el posar con poca o sin ella no es algo sencillo, pero si lo hace es porque así viene recogido en el contrato. "Estoy mentalizado para esta profesión y a dar lo máximo de mi, pero hasta ciertos límites, porque no todo vale para triunfar", afirma.
Además de los amigos, la familia lo apoya al cien por cien, en especial su madre, y su mánager, el fotógrafo malagueño Carlos Bueno, pero reitera que no es nada fácil. Hasta ahora todo lo que ha conseguido ha sido gracias a su esfuerzo, a llamar a todas las puertas posibles para conseguir desfilar. Le gustaría que en el caso del certamen de Caballero de España, la Ciudad Autónoma pudiera ayudarle de alguna manera, tal vez con "alguna ayuda para el viaje y el vestuario". Mohamed busca el apoyo de su gente y de su tierra, y asegura que en el certamen de Caballero de España, no faltarán por su parte "constancia, trabajo, humildad e ilusión".
