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Atril ciudadano

Mesas, círculos, soviets

Esta Consejería lleva estudiando desde hace ya bastante tiempo, la creación de una mesa sectorial, en la que se dará participación, lo más amplia posible, de todos los colectivos implicados y preocupados por este tema, para dar una respuesta consensuada al problema puesto de manifiesto y adoptar, consecuentemente, soluciones a la vez que realistas sean …

…factibles y realizables en un muy corto período de tiempo, compatibles con criterios de economía sostenible a la vez que impulsoras del necesario desarrollo económico, que sean ampliamente aceptadas, acorde con las nuevas sensibilidades y preocupaciones de la inmensa mayoría de los vecinos, de los afectados principalmente, puestas de manifiesto a través de los diversos canales de participación ciudadana y recogidas por los distintos grupos de acción que conforman la opinión pública manifestada, preocupados por esta línea de actuación, que operan en nuestro ámbito geográfico de responsabilidad política, la cual nos ha sido otorgada a través de las diversas convocatorias electorales celebradas, confiriéndonos la responsabilidad de canalizar todos los esfuerzos para la solución de los problemas concretos que afectan a la buena convivencia y al desarrollo económico y social de nuestra Ciudad.

Evidentemente, tras la verborrea política, bien aprendida y ensayada con anterioridad, que representa el párrafo anterior de uso múltiple, no hay ninguna propuesta de acción concreta la cual queda pendiente de estudio, posterior discusión y finalmente elaboración de los preceptivos informes y propuestas de desarrollo; ¡vamos, un capotazo en toda regla!; esta podría ser la respuesta que daría un Consejero a las preguntas formuladas por los representantes de los medios de comunicación asistentes a una hipotética rueda de prensa convocada por él mismo para responder a las críticas vertidas sobre la falta de acción de la Ciudad Autónoma ante cualquier problema denunciado por algún grupo de presión, lo que en términos más cultos y elevados de la actuación política, se denominan “lobby” pero que en el modesto ámbito de nuestra Ciudad podríamos llamar Asociaciones, aunque pronto, siguiendo las directrices de líderes emergentes, pasarán a llamarse Círculos; estrategia elaborada para evitar la incómoda burocracia derivada de crear una asociación sujeta a una normativa legal donde, y esto es lo fundamental, las decisiones no se podrían tomar de la forma asamblearia y opaca que acostumbran a utilizar los soviets, tan queridos por todos los grupos radicales de izquierda, antes llamados marxistas-leninistas.

No duden, esta es la regeneración democrática tan cacareada por determinado grupo, la mal llamada democracia participativa; se participaría a través de los soviets, ahora llamados círculos, con una transparencia que ya se ensayó en las concentraciones del llamado 15M, asambleas creo recordar se llamaron entonces, y a cuya celebración diaria para analizar las actuaciones realizadas y debatir las propuestas de actuación, eran a puerta cerrada, es un decir porque se hacían en La Puerta del Sol y no en un local con posibilidad de cerramiento, se prohibía la asistencia de periodistas, y la comunicación con los mismos de cualquier persona que no fuese la designada por el propio soviet, cuya composición e identidad eran totalmente desconocidas, estaba también prohibida; si en alguna ocasión se escapaba algún díscolo haciendo declaraciones, inmediatamente surgía el portavoz designado por dicho soviet a desmentirlas, fuesen las que fuesen.

Esta forma, soviética, de actuación es la más querida por los extremistas, fundamentalmente extremistas de izquierdas, por cuanto en ella las propuestas y decisiones son tomadas teniendo en consideración, únicamente, las opiniones de los individuos que poseen mayor capacidad de exponer sus ideas impidiendo por todos los medios éticos y, primordialmente, no tan éticos a su alcance; hablando en Román paladino, tiene razón y convence el que más grita y el más demagogo (no sé si les sonará esto). Amén de la circunstancia que los participantes en estos soviets, o círculos, como quieran llamarlos, es siempre de las mismas personas (diez personas pueden formar diez asociaciones con voz y altavoz mediático), ya que el común de los mortales no tenemos ánimos ni tiempo para estar todo el día pendiente de las reuniones de soviet, algunos preferimos estar con la familia; participan únicamente aquellos sin ocupación reglada y disposición temporal ilimitada, militantes y activistas, en bastantes ocasiones profesionales del activismo (algunos lo llamarían profesionales de las algaradas callejeras); y las resoluciones se votan una y otra vez hasta alcanzar el resultado previsto por los líderes (¿esto de repetir votaciones también les suena? ¡Las CUP!).

La creación de mesas sectoriales, y esto es una opinión personal (como todo lo anterior, y posterior), no es ni más ni menos que la institucionalización de los lobby, como decía antes denominados asociaciones cuando se trata de grupos vecinales, u organizaciones, pretendidamente, de defensa de derechos ciudadanos, las cuales a su vez son el reconocimiento oficial e institucionalizado de los soviets, ahora llamados círculos.

Hay otros lobby, algunos de ellos llamados interlocutores sociales, que reclaman la creación de mesas sectoriales y su participación en las mismas para solucionar sus problemas concretos, pero no los quiero calificar de soviets tan directamente, su forma de actuar es, en apariencia, más transparente y están sujetos, en casi todos los casos, a una legislación formal y delimitadora de funciones y organización.

Señores han sido elegidos por los ciudadanos, electores o votantes para que tomen decisiones en su nombre, pero estas deben estar recogidas en su programa electoral, lo que no está en el programa no debería existir, salvo perentoria necesidad (catástrofe natural o guerra), las peticiones de grupos, lobby, círculos, asociaciones o como quieran denominarse, deben ser tenidas en cuenta en el próximo programa electoral y sometidas a los electores, no en “mesas” ni órganos parecidos escamoteando la discusión a la ciudadanía.

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