Un señor muy puesto en lo que escribe, con algunas palabras mayúsculas, (como si lo hiciera con un megáfono, por si acaso los lectores no nos hemos enterado), en un largo artículo opinando sobre todo lo que se mueve, en este caso dice que la celebración de AMLEGA con ocasión del “Día del Orgullo del Norte de África”, fue muy “ruidosa y floklórica”; resultando muy “llamativa”; … …y “En lo que no estamos de ACUERDO muchos ciudadanos es en la INDUMENTARIA elegida por algunos para desfilar en plena calle en calzoncillos y sujetadores, y con muchos pequeños y adultos de otras religiones y culturas, a los que se presta el menor de los RESPETOS. Algo muy parecido a estas otras manifestaciones públicas que vemos por la tele, de mujeres destetadas para protestar o machos con los HUEVOS al aire en bicicleta en un más de lo mismo. ¡La culpa la tiene la AUTORIDAD competente que sigue cobrando sin TRABAJAR”!. ¡Ahí queda eso!.
Como todo el mundo sabe la homosexualidad es la interacción o atracción sexual afectiva, emocional y sentimental hacia individuos del mismo sexo. En España, cuando vino la República, se hizo una Ley, que llamaron “La Gandula”. Era la famosa “Ley de Vagos y Maleantes”, de 4 de agosto de 1933; referida al tratamiento de vagabundos, nómadas y proxenetas, y cualquier otro elemento considerado antisocial. Pero claro, cuando mandaba “El Centinela de Occidente”, a toque de clarín, con los “ensotanados del nacionalcatolicismo”, sus conmilitones salvapatrias, y tanta testosterona suelta por doquier, el 15 de julio de 1954, esa Ley se modificó, para incluir en la represión a los homosexuales. Fíjense en lo que decía esa Ley: “Art. 1º (…) el número dos del artículo segundo y el número segundo del artículo sexto de la Ley de Vagos y Maleantes, de 4/8/1933, quedan redactados de la siguiente forma: Art. 2º, Número segundo: Los homosexuales (sic), rufianes y proxenetas. (…). Art. 6º, Nº 2: A los homosexuales (sic), rufianes y proxenetas, a los mendigos profesionales y a los que vivan de la mendicidad ajena, exploten menores de edad, enfermos o lisiados, se les aplicarán para que las cumplan todas sucesivamente, las medidas siguientes: a)Internado en un establecimiento de trabajo o colonia agrícola. Los homosexuales (sic) sometidos a esta medida de seguridad deberán ser internados en instituciones especiales y, en todo caso, con absoluta separación de los demás. b)Prohibición de residir en determinado lugar o territorio y obligación de declarar su domicilio. c)Sumisión a la vigilancia de los delegados”. En 1970 fue sustituida por la ley sobre peligrosidad y rehabilitación social, en términos muy parecidos, pero incluyendo penas de hasta internamiento en cárceles o manicomios para los homosexuales (sic), y demás individuos peligrosos sociales para que se “rehabilitaran”: ¡¡Tela!!. Yo deduzco, como muchos otros ciudadanos, que esta gente, tan cacareados eméritos enseñantes, que cobraban, sin rubor alguno, un pastón por impartir clase en una ciudad extranjera, y residir en otra española, cómo pueden poseer aún, un pensamiento tan retrógrado, casposo, y tan incrustado en el machismo de la dictadura. Creo que debieran pararse un poco, antes de manifestarse con artículos tan repletos de demagogia, y peyoración, y mostrar el mismo respeto hacia ese colectivo tan perseguido, y tan denostado que ha habido en nuestro país, desde el principio de los siglos, como el que él pide sobre la indumentaria de calzoncillos y sujetadores que vestía ese colectivo en la manifestación. También debe saber que en el mundo existen aún más de 80 países con gobiernos tan cabrones, y con leyes tan hijoputas, que persiguen y asesinan a los homosexuales, por ser eso: mariquitas, y lesbianas. Y aquí en nuestra querida piel de toro, de los cojones, también se ve a gentuza, tan degenerada, cobarde y homófoba, que por su ignorancia agreden al que es diferente.
Esa es mi opinión. ¡Ah!, y no soy maricón.
