Autoridades y ciudadanos de Melilla guardaron ayer un minuto de silencio ante las puertas del Palacio de la Asamblea en recuerdo y solidaridad con las últimas víctimas de violencia machista, una mujer y su hijo asesinados presuntamente por la expareja de ella en Alcobendas (Madrid). Se trata de la primera concentración que celebra la Asamblea de Melilla tras la aprobación el 28 de abril de una moción del PSOE para guardar un minuto de silencio por cada víctima de violencia machista y enviar el pésame de la Cámara, firmado por todos los grupos parlamentarios, al municipio donde residiera.
El presidente de Melilla, Juan José Imbroda, dijo que la concentración también es una “señal de protesta y de testimonio a toda la sociedad diciendo que basta ya, que no se admita la violencia de género y que haya tolerancia cero con ella”.
Afirmó que los representantes de la Asamblea, otras autoridades de Melilla y los ciudadanos que quieran sumarse se concentrarán tantas veces como sea necesario contra la violencia machista, “pero confiando en que no sea necesario venir muchas veces aquí”.
Imbroda mostró también su esperanza de que acabe la violencia machista, como también acabó el terrorismo de ETA, contra el que también había concentraciones de repulsa y minutos de silencio por las víctimas, “porque no se entiende hoy día que se hagan barbaridades en una civilización presuntamente civilizada”.
Aprovechó para hacer un llamamiento a las víctimas de violencia machista para que denuncien, porque la sociedad es receptiva a la denuncia contra esta lacra, y pidió que se aísle totalmente a los maltratadores. “Hay que ir a por ellos”, agregó.
Por ello, expresó su solidaridad, pésame y sentimiento con la familias de las dos últimas víctimas de Alcobendas, que han sido “asesinados por un canalla” y “un ser despreciable” en un “episodio sangriento y canallesco”.
