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“Melilla está en la UVI, pero tenemos los instrumentos para revolucionar económicamente la ciudad”

Enrique y Mordejay

“El objetivo fundamental es privatizar Melilla”, defiende el editor del MELILLA HOY, Enrique Bohórquez López-Doriga, durante un encuentro con el presidente de la Asociación Mem Guímel, Mordejay Guahnich

 

Privatizar Melilla.

Este es el “objetivo fundamental” que, a juicio del editor del MELILLA HOY, Enrique Bohórquez López-Doriga, se debe perseguir para que la ciudad prospere económicamente, puesto que actualmente se encuentra “en la UVI”, según advirtió en un encuentro en la sede del periódico local con el presidente de la Comunidad Israelita de Melilla y de la Asociación Mem Guímel, Mordejay Guahnich, y un ciudadano que aportó valiosas ideas económicas y comerciales para “revolucionar económicamente” la ciudad, ya que, en su opinión, hay “mucha gente con mucho potencial y que vale mucho, pero no lo miramos”.

El debate que se generó en dicha reunión se dividió en dos vertientes que tenían un objetivo común: levantar Melilla de la crítica situación en la que actualmente se encuentra.

La primera vertiente fue la económica y la comercial, en la que el editor del MELILLA HOY remarcó la necesidad de privatizar Melilla, y uno de los instrumentos que señaló para alcanzar dicho objetivo es SODEMEL (Sociedad para el Desarrollo de Melilla), entidad que elaboró un plan estratégico en 2017 con “23 medidas concretas a corto, medio y largo plazo” para transformar Melilla. De esas 23 propuestas, 13 son prioritarias para la ciudad.

“No se ha hecho ninguna. Ni se van a hacer”, lamenta López-Doriga.

“Hay que ponerse las pilas”

“Melilla tiene muchísimo futuro económico. Hay que ponerse las pilas”, apremió uno de los ciudadanos que participó en el debate que, al igual que López-Dóriga, destacó el papel esencial que puede jugar SODEMEL para revertir la dramática situación, pero avisa que, para eso, las autoridades políticas tienen que dejar de ver a la sociedad como “una amenaza”. No obstante, el editor del MELILLA HOY matiza este último punto, mostrándose tajante.

“Ellos ven como una amenaza cualquier cosa que interfiera en el no hacer nada, en el cual se mueven muy cómodos”, asevera. Aun así, el ciudadano que participó en el debate insistió en la idea de “dejar en manos de SODEMEL” la puesta en marcha de una serie de medidas para impulsar económicamente Melilla, pidiendo tan solo a las autoridades políticas, principalmente al presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, a que les proporcionen “el aceite” necesario -es decir, crear las condiciones administrativas y gubernamentales adecuadas- para poner en marcha la maquinaria. “No quiero que me de ni dinero. Quiero que me de las condiciones y que no interfiera”, sostiene.

Formación

El cambio económico de Melilla mediante su privatización fue la idea central en la que giró la discusión en la sede del MELILLA HOY.

“No se puede ser al mismo tiempo una ciudad privada y una ciudad comunista. Es imposible”, asegura López-Dóriga, apostando por elegir “uno de los dos” modelos. En su caso, apuesta por la primera opción, y, para lograrlo, además de SODEMEL, pone el foco en la formación profesional de la ciudadanía para perfeccionar y potenciar Melilla en cada una de sus vertientes: hostelera, culinaria, tecnológica, sanitaria, urbanística, cultural o turística.

“Queremos gente que se ponga a trabajar y que si quiere montar algo suyo propio ayudarle a montarlo”, resume el editor del MELILLA HOY.

Interculturalidad

Por su parte, el presidente de la Asociación Mem Guímel, Mordejay Guahnich, puso de relieve la interculturalidad como uno de los principales atractivos de Melilla a partir del cual se puede generar formación, negocio y riqueza. Asimismo, considera necesario hacerle un lavado de cara a Melilla y limpiar la imagen desconocida y negativa que tiene de cara al exterior.

“Estoy totalmente convencido de que la riqueza multicultural que tenemos en Melilla no la tenemos en ninguna otra ciudad”, subraya, poniendo como ejemplo también de ciudad multicultural a Jerusalén.

Aun así, dejó claro que “la cultura no es gratis”. “No puede ser toda la cultura gratis para todo el mundo. Hay que pagar”, dice, incidiendo en la idea de la privatización. Asimismo, apuesta por la necesidad de “instruir” a los guías turísticos en “un discurso oficial” en torno a “los grandes ejes de Melilla”, como la historia militar o el necroturismo. “Hay que aprender de lo bueno de los demás y mejorarlo y atraerlo a tu línea”, dice.

No obstante, la conclusión a la que llega Guahnich es que “todos dependemos de la Administración y no hay apenas empresas dedicadas a la cultura y al turismo en Melilla”.

“Especializarnos”

Ante esta situación, Guahnich apuesta, por un lado, por crear empresas de difusión cultural, y, por otro, por “especializarnos” en cada uno de los elementos que caracterizan a cada una de las diversas culturas que componen la ciudad (musulmana, cristiana, hebrea, hindú y gitana), como por ejemplo la gastronomía.

Después, buscar aquello que nos diferencia de otros lugares.

“La gente quiere calidad, y la gente con dinero lo paga”, recalca, lamentando que en Melilla predomine la mentalidad que infravalora la calidad de muchos servicios y productos. “Llevamos intrínseco el hecho de que lo que es Melilla no lo tengo que pagar”, deduce.

“Si esto se revierte, por supuesto que cambiará la situación”, asegura, poniendo de nuevo en el centro del debate la privatización de la ciudad como el único mecanismo capaz de accionar ese cambio radical que tanto necesita Melilla.

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Miguel Rivas

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