La llegada del crucero Balmoral, programada para este próximo jueves, despierta la confianza del viceconsejero de Turismo, Javier Mateo, en que también provoque el efecto llamada hacia otras compañías navieras. Por su parte, celebra que Melilla ha recuperado la confianza del mercado británico, quebrada por la sombra del terrorismo en Argelia, y pone de manifiesto que el desembarco de cruceristas supone una oportunidad para promocionar el turismo en la ciudad. Melilla recibe este jueves 13 de octubre la visita del buque Balmoral, de la naviera Fred Olsen Cruise Lines. Según señala el responsable de la Viceconsejería de Turismo, Javier Mateo, con la llegada de este crucero, en el que viajarán 1.800 extranjeros, la ciudad al fin consigue “recuperar el mercado de británicos”.
Según explica Mateo, ha costado “mucho trabajo” reparar la confianza de este sector, quebrada ante la sombra del terrorismo en Argelia, donde las navieras británicas que recalaban en la Ciudad Autónoma también solían hacer parada. “Fue un mercado que se fue al traste por la amenaza que todos conocemos”, concluye.
Por este motivo, el viceconsejero asegura que la ciudad está de enhorabuena. “Los pasajeros llegarán a primera hora de la mañana y se irán a las 18 horas de la tarde en día de diario”, avanza. El desembarco de 1.800 extranjeros no sólo supone una oportunidad para reactivar la actividad económica de Melilla, según apunta, sino que también resulta primordial “la imagen que se pueda dar” de la ciudad. “Son miles de personas y cientos de miles de fotografías. Es una plataforma magnífica para promocionar Melilla”, confía el responsable del Patronato de Turismo.
Mateo se muestra convencido de que la visita del Balmoral “puede ayudar a la llegada de otros cruceros, no sólo de la propia naviera”. En esta línea, señala que “los circuitos, una vez que cogen confianza, se van introduciendo”. Como ejemplo, dice que “me costó mucho recuperar el mercado alemán”, y en diciembre ya se espera el desembarco de otro buque. “Cuando empiezan a operar los armadores se fían mucho de los puertos que son interesantes para el pasaje y con garantías”, explica.
