Miguel Marín puso ayer fin a doce años y medio como diputado de la Asamblea de Melilla, donde ocupaba un escaño en la bancada del PP por cuarta legislatura consecutiva como número 2 de la lista popular. Marín entregó su acta de diputado en la Secretaría General de la Asamblea para no crear “incertidumbre” en la Cámara melillense y en la Autoridad Portuaria ante la posibilidad de que pudiera estar incurriendo en una incompatibilidad manteniendo el escaño y la presidencia del Puerto, tal y como señaló hace escasamente un mes la Junta Electoral Central (JEC) en una resolución que le fue notificada oficialmente el pasado viernes. La senadora electa, Sofía Acedo, también entregó ayer su acta de diputada en la Asamblea, por lo que los dos escaños vacantes serán ocupados en los próximos días por las dos siguientes candidatas de la lista del PP, Esther Donoso y Francisca Conde. La renuncia de Marín se produjo poco después del mediodía, cuando acudió al despacho de la Secretaría General de la Asamblea acompañado de dos de los asesores de su grupo parlamentario con una sonrisa en la cara y su acta de diputado en la mano. Cuando a mediados de diciembre la JEC dictó una posible incompatibilidad entre el cargo de diputado de la Asamblea y el de presidente de la Autoridad Portuaria, Marín anunció que presentaría un recurso para llevar el caso a los tribunales al considerar que dicha resolución era contraria a lo que ya se había reflejado en diversos informes jurídicos y otros casos anteriores resueltos por la propia JEC.
Marín sostuvo ayer esta versión, pero reconoció que iniciar ahora un proceso judicial para defender el derecho que creer tener sobre la compatibilidad sería dilatar el caso durante “meses e incluso años”. Eso generaría “una incertidumbre no sólo en la propia Asamblea, sino también en la Autoridad Portuaria”, al estar “en cuestión” la compatibilidad o no de ambos cargos hasta que un juez dictara sentencia al respecto.
Esto es algo que Miguel Marín dejó claro que quería evitar, al igual que el presidente melillense, Juan José Imbroda, con el que se reunió el viernes a última hora tras recibir oficialmente la notificación de la JEZ que se dio a conocer públicamente a mediados de diciembre. Tras “analizar fríamente” la situación, ambos decidieron que “lo mejor” es que Marín se dedique “al 100%” a llevar las riendas de la Autoridad Portuaria, renunciando de este modo el escaño de diputado del que tomó posesión el 3 de julio de 2015.
En realidad, Marín llevaba ocupando uno de los 25 escaños de la Asamblea de Melilla desde junio de 2003, tras las elecciones en las que Imbroda obtuvo su primera mayoría absoluta con una lista conjunta del PP y la UPM. Por eso, ayer admitió ante los medios de comunicación que la decisión había sido dura, ya que representar a los melillenses en su Asamblea “es una cosa que honra a cualquier persona”.
“Pero esto es la política, y creo que en la política deben primar, sobre todo, las cuestiones generales frente a las particulares”, afirmó el popular, convencido de que demorar este asunto presentando un recurso “no es lo conveniente” para la Asamblea y la Autoridad Portuaria.
Legítimo derecho
Otra de las razones por las que Marín no presentará el recurso que inicialmente había anunciado es porque en el PP son “muy respetuosos” con las decisiones de órganos como la JEC. “Por eso evitamos cualquier proceso judicial, aunque tengo el legítimo derecho de poder iniciarlo”, agregó el exdiputado. Como ya hiciera tres semanas atrás, Marín relató detalladamente por qué considera que tiene derecho a la compatibilidad de los dos cargos que ostentaba hasta ayer.
Así, explicó que antes de tomar posesión como presidente de la Autoridad Portuaria, el Consejo de Gobierno, órgano encargado de este nombramiento, solicitó en julio de 2015 un informe a la Secretaría General de la Asamblea sobre la compatibilidad de dicho cargo con el de diputado. La respuesta fue favorable al considerar que se puede compatibilizar el escaño “sin dedicación exclusiva o parcial”.
Tras tomar posesión, Marín solicitó voluntariamente un informe a la Abogacía del Estado “para corroborar lo suscrito” por la Secretaría General de la Asamblea. La respuesta, nuevamente, fue favorable basándose en una serie de razonamientos jurídicos, uno de los cuales reconocía una “contradicción” entre la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG) y la Ley 3/2015, que regula los altos cargos de la Administración General del Estado. Sin embargo, la Abogada del Estado señalaba que “esa colisión debe resolverse a favor de la LOREG, porque por imperativo constitucional, el régimen de incompatibilidad de cargos electos debe regirse por la Ley Electoral”.
Pese a tener estos dos informes favorables, Marín decidió elevar una consulta a la Junta Electoral para “disipar cualquier tipo de duda”. Y pese a que la JEC ya había resuelto en otros tres casos anteriores que el cargo de concejal y presidente de la Autoridad Portuaria es compatible, en esta ocasión, sobre el caso de Marín, “cambió de criterio y cuando antes decía que era compatible, ahora dice que es incompatible”, señaló Miguel Marín.
Éste recordó que la contestación de la JEC “no es vinculante, no tiene efecto jurídico y no se considera un trámite administrativo”. Podría haber presentado un recurso por la vía judicial, pero Marín insistió en que “lo mejor, pensando en el interés de la propia ciudad, era decidir entre un cargo u otro”, en este caso la Presidencia de la Autoridad Portuaria.
La postura crítica de Coalición por Melilla (CPM) al respecto, según dijo, no le había influido para tomar esa determinación. Máxime cuando la respuesta de la JEC “son seis o siete líneas” y los informes jurídicos son “folios y folios razonados desde el punto de vista jurídico-administrativo”.
Nueva etapa
Con la renuncia al escaño en la Asamblea, se abre una “nueva etapa” para Marín al frente de la Autoridad Portuaria, a la que podrá dedicarse “al 100%” y con “muchísimos retos de cara al presente y futuro del Puerto y de Melilla”. El principal, la ampliación del puerto comercial, un proyecto “básico para el desarrollo socioeconómico de la Melilla del siglo XXI” por la creación de empleo y actividad económica que supondrá.
Un proyecto que ya está en marcha y que, como ya explicó a MELILLA HOY en su edición de ayer, está a la espera de que finalice la redacción del proyecto de ejecución y medioambiental, que debe estar listo para el 11 de junio. El presupuesto, con 200 millones plasmados ya sobre los PGE de 2016, y el plan director, ya son una realidad. También “la voluntad política” del PP gracias al compromiso de Mariano Rajoy, que podría venirse abajo si hubiera un cambio de Gobierno con este nuevo escenario político tras las elecciones, algo que confió en que no ocurra.
En sus primeros minutos como exdiputado, Marín también tuvo palabras de agradecimiento para Imbroda por la confianza depositada en él “durante años”. También para sus compañeros del Grupo Popular y del Gobierno local, muchos de los cuales han pasado de ser compañeros a “amigos”.
