Un chusco de Intendencia, -calentito. Una lata de sardinas en aceite,-de oliva. Una botella de blanco con cañilla-fresquito., y me rio yo del programa ese, de niños guisando bacalao, con las manos de sacarse perdigones de la nariz. Los tiempos han cambiado. No me preocupo en saber si es para bien o para mal.
Todo viene a ser, sino igual casi idéntico. El ayer es parecido al hoy, pero con menor porcentaje de tatuajes
.Antes, el que gritaba: ¡Manos arriba! era un fulano que iba a ver si se podía llevar algo. Hoy sin embargo el que lo grita, es otro fulano, que, al parecer lo tiene todo y solo le faltaba decorar su cocina con gente menuda. Menudo trajín se trae entre cucharas, delantales y lágrimas de aquellos que no han dado la talla en el guiso y acaban marchándose a sus casas para seguir estudiando,… si es que lo hacen.
Lo que no creo que se deba hacer, es convertir este medio millón de kilómetros cuadrados,- que dijo el que los ha medido- tiene España, en una enorme cocina donde un súper supermercado, es la envidia de muchas amas de casa, cuyos ingresos mensuales le dan los justo para no andarse con remilgos recetarios, digan lo que digan, toda esa gente del gorro y las cocinas como laboratorios , que de un tiempo a esta parte, asan ,fríen y guisotean, dando la sensación en la Tele y en la no tele, que en España, que es donde todo esto está pasando, se come todos los días, lo mismo-con la boca-pero con una receta diferente
.En fin, que si tú enseñas a un niño a escribir y a leer, ese niño, a lo mejor es algo más que un niño. Y si lo enseñas a hacer una cama, pues se acostara más comodamentes. Y si lo enseñas a reparar u n coche, tal vez ayude a su padre a no quedarse “tirado en la carretera. Pero, si lo enseñas a guisar, ese niño, no solo acabara echando a su madre de la cocina,-¿Sera eso lo que buscan las mujeres?- sino también mas gordo y con dos retretes en su casa en lugar de uno. ¡Manos arriba!…¡Oiga, que yo tampoco he querido molestar a nadie! A ver si van a venir por mí, que no se guisar.
Buenos días y bueno pucheros.
